Page 300 - El Misterio de Belicena Villca
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pureza racial obtenida previamente. Es decir que el hecho de tener en custodia
la Vruna de Oricalco no es la causa de la grandeza de un pueblo sino que
inversamente, la pureza de su linaje lo hizo acreedor al Alto Honor de ser
depositario del asiento del Gral.
Pero, si bien la Vruna de Oricalco sólo es entregada a quienes merecen
tenerla, es cierto que su cercana presencia afecta al medio ambiente creando un
microclima mutante. Es por eso que los Dioses suelen depositar la Vruna de
Oricalco, durante las Epocas oscuras, en sitios apropiados para influenciar a los
linajes menos confusos.
7mo. – De todo lo expuesto hasta aquí se desprende la importancia
capital que tendría para una comunidad de linaje hiperbóreo conseguir la custodia
de la Vruna de Oricalco. Se impone pues tratar con detenimiento sobre esta
posibilidad. El problema puede resumirse en la pregunta: ¿para qué necesita un
Rey, o quienquiera que ejerza la Función Regia, encontrar el Gral, o sea, la
Vruna de Oricalco? A continuación, Dr. Siegnagel, lo invitaré a una breve
reflexión sobre la actitud que se debe adoptar al tomar conocimiento de los
hechos protagonizados por los Dioses Liberadores, y luego daré respuesta al
problema profundizando un poco más sobre la simbología del Gral.
Se requiere una profunda meditación en los símbolos que he presentado
para captar su significado último, el cual debe ser percibido siempre como
dramático y trágico, pletórico de urgencias espirituales. Nadie que haya tomado
conciencia del increíble sacrificio realizado por los Dioses al mantener el Gral en
el mundo durante millones de años mediante la Oposición Estratégica, es decir,
por un constante y continuo acto de Voluntad, nadie que lo haya comprendido,
repetimos, podrá permanecer impasible, en medio de la confusión, sin
experimentar urgencia por liberarse de las cadenas del Demiurgo y partir,
tratando de aliviar, de algún modo la tarea de los Dioses. Nadie que compruebe
con su sangre la verdad de estos símbolos podrá evitar que el Honor, única moral
del hombre, lo apremie con insistencia para “abandonarlo todo” y partir. Pero esa
partida será “con las armas en la mano”, dispuesto a dar batalla sin cuartel a los
Demonios y sintiendo que la sangre se ha encendido por el Furor del Guerrero;
por la “hostilidad esencial” hacia la obra del Demiurgo, trasmutando la débil
substancia orgánica del cuerpo físico en vajra, la materia incorruptible. Es lo
menos que el hombre puede hacer para responder en alguna medida al auxilio
que los Dioses han prestado a los linajes hiperbóreos, posibilitando con su
Estrategia Hiperbórea que el Gral dé prueba del Origen Divino.
Voy ahora a la pregunta pendiente.
La Piedra-Gral, la Gema de Kristos Lúcifer, es sostenida en el Mundo
por la Oposición de los Dioses, donde cumple su función de reflejar el Origen y
Divinizar los linajes hiperbóreos, pero, por estar relacionada temporalmente
con el Valhala, señala también, a todo hombre despierto, un camino hacia la
morada de los Inmortales. Ese camino es el que siguen los Guerreros caídos en
batalla, los Héroes, los Campeones, guiados por las mujeres hiperbóreas,
aquellas que les fueron prometidas al comienzo de los tiempos y que durante
miles de años, por el temor que les emponzoñaba la sangre, habían olvidado. Si
el valor demostrado en la hazaña ha sido suficiente purga, indefectiblemente Ella
estará allí, junto al Guerrero caído, para curar sus heridas con el A-mort Helado
de Hiperbórea y guiarlo en el camino inverso que conduce al Valhala. Y ese
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