Page 303 - El Misterio de Belicena Villca
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Pero la idea de un Mesías Imperial no proviene de una mera especulación.
Fue en los días negros de la Atlántida cuando, en respuesta al clamor de los
Dioses, surgió la posibilidad de que la excelsa Presencia de Kristos Lúcifer se
manifestase ante la vista de los hombres. En esos días la confusión de los
Espíritus cautivos era tan completa que ya nadie respondía al Canto de los
Dioses ni era capaz de percibir la Luz del Gral. Por eso se anunció durante siglos
la venida del Mesías Imperial, el Rey de los Reyes del Gral, quien iba a restaurar
la Función Regia para restablecer la Aristocracia espiritual de los Líderes
hiperbóreos y destruir la Jerarquía sinárquica que imponían los Demonios. La
profecía finalmente se cumplió con la llegada de Lúcifer, el Kristos de la Atlántida;
pero su Divina Presencia fue cobardemente resistida por los Demonios de Chang
Shambalá quienes recurrieron a la magia negra y abrieron una brecha entre las
regiones infernales del plano astral y el plano físico. A partir de allí se generalizó
una terrible contienda que sólo concluyó cuando el continente de la Atlántida “se
hubo hundido en las aguas del Océano”. No viene al caso relatar aquí sucesos
que hoy nadie recuerda y que, tal vez, no convenga recordar. Sólo agregaré que
cuando el Demiurgo, según ya expuse antes, concibe la siniestra idea de copiar
la Presencia del Kristos de la Atlántida, decide “anunciar” también la llegada de
un “Mesías” imitando a su manera la figura del Mesías Imperial. Pero las
diferencias son enormes. He aquí algunas:
1ro. – El Mesías Imperial viene a restaurar la Función Regia; el
Mesías hebreo viene a ejercer la Función Sacerdotal. 2do. – El Mesías Imperial
acredita su derecho por la Sangre; el Mesías hebreo acredita su derecho por el
Corazón. 3ro. – Y por eso el Mesías Imperial será reconocido por el pueblo por
la Sangre (carismáticamente); y por eso el Mesías hebreo será reconocido por el
pueblo (judaizado) por el Corazón (emocionalmente).
Cuadragesimonoveno Día
A partir de hoy, Dr. Siegnagel, retomaré el relato interrumpido el
Cuadragesimotercer Día. Creo que en los últimos cinco Días he aclarado
bastante los conceptos fundamentales de la Sabiduría Hiperbórea y que valió la
pena hacer un alto, para ello, en la historia de la casa de Tharsis. El gozne de la
Historia se produjo cuando la Estrategia Hiperbórea de Felipe IV triunfó sobre los
planes sinárquicos de la Fraternidad Blanca y la plana mayor de la Orden del
Temple fue enviada a la hoguera. Y en esa hazaña, a la Casa de Tharsis no le
cupo un papel menor, operando activamente en el Circulus Domini Canis, lo
que atraería sobre ellos la Atenta Mirada de los Dioses Liberadores, de los
Señores de Venus, quienes imprimirían a la Estirpe un inesperado rumbo. Pero
no me adelantaré a los hechos.
En las hogueras de la Inquisición Domini Canis, los planes de la
Fraternidad Blanca se transformaron en cenizas. Dos hechos principales
confirmaban ese fin: el desmembramiento efectuado por Felipe IV de la Sinarquía
Financiera; y la huida a Escocia del Colegio de Constructores de Templos, donde
siglos después daría nacimiento a la Francmasonería. Sobre este último hecho,
conviene recordar lo dicho en el Día Decimosexto, cuando expliqué por qué el
Colegio de Constructores de Templos necesitaba reencontrar las Tablas de la
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