Page 337 - El Misterio de Belicena Villca
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y Chang Shambalá con sus Demonios
                                      será definitivamente aniquilado.
                                      Pero hasta ahora nadie ha logrado
                                      igualar la gloria de Nimrod, “el Derrotado”.
                                      Es cierto que pocos lo intentaron:
                                      algunos iberos, algunos celtas,
                                      troyanos, aqueos, dorios o romanos,
                                      muchos godos y muchos germanos.
                                      Pero nadie hasta ahora ha logrado
                                      igualar la gloria de Nimrod “el Derrotado”.
                                      Tal vez en Montsegur los Cátaros
                                      o los Caballeros teutones
                                      de Federico II Hohenstauffen,
                                      o el más grande de todos,
                                      nuestro Führer, con su Eje mágico
                                      y un pueblo valeroso que ante nada retrocede;
                                      acaso El como nadie lo ha buscado.
                                      Y así muchos la eternidad ganaron
                                      y de este Infierno se han marchado.
                                      Pero no definitivamente
                                      pues una Batalla Final será librada
                                      y volverá Nimrod
                                      Junto a los grandes Héroes del pasado.
                                      Odín, Wothan, y Wiracocha,
                                      Heracles, Indra y Quetzacoatl,
                                      desde el Valhala llegarán cantando,
                                      rodeados de Walkirias primorosas
                                      y música de antaño.
                                      Y Ellos levantarán Ejércitos enormes
                                      de Vivos, Inmortales y Resucitados.
                                      Una sola virtud será exigida:
                                      se llama honor y dignifica al hombre
                                      que del Engaño ha despertado.
                                      La Guerra será Esencial
                                      y el Demiurgo y sus huestes, derrotado,
                                      liberará al fin a los Espíritus Eternos
                                      que de Venus llegaron
                                      para que regresen adonde Dios espera,
                                      en un Mundo que no se ha creado.
                                      ¡Y al  partir del Universo de Materia,
                                      de la locura, del Mal y el Gran Engaño,
                                      los que regresan cantarán a coro
                                      las hazañas de Nimrod, “el Derrotado”!

                        Proseguiré ahora con el relato. El árbol Enlil poseía ramas espaciadas y
                 rectas, que en realidad eran enormes púas, de modo que podía treparse por ellas
                 como si se tratase de una gigantesca escala. Esto fue justamente lo que hicieron
                 los valientes Kassitas preparándose a ascender por el árbol y sitiar la “Puerta del
                 Cielo”. No bien el General Ninurta y cincuenta  guerreros hubieron trepado lo

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