Page 35 - El Misterio de Belicena Villca
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ocupada sino que en su construcción debían intervenir principios secretos de la
                 Sabiduría Lítica, principios de la Estrategia de la Guerra Esencial, principios que
                 sólo los Iniciados en el Misterio de la Sangre Pura, los Guerreros Sabios, podían
                 conocer. Se comprenderá  mejor el porqué de esta condición si digo que los
                 Atlantes blancos aconsejaban “mirar con  un ojo hacia la muralla y con el otro
                 hacia el Origen”, lo que sólo sería  posible si la muralla se hallaba  referida de
                 algún modo hacia el Origen.

                        El principio para establecer la filiación de un pueblo aliado de los Atlantes
                 consiste en la oposición entre el Culto y la Sabiduría: mas ¿cuáles son los
                 indicios fácticos, las pruebas concretas, es decir, aquéllo que es más evidente
                 para determinar si se trata de Culto o Sabiduría? En todo caso, hay que observar
                 si existe el Templo o la Muralla de Guerra: porque la práctica de un Culto está
                 indisolublemente asociada a la existencia de un  Templo correspondiente: el
                 Templo es el fundamento fáctico del Culto, su extremo material; y porque la
                 práctica de la Sabiduría está indisolublemente asociada a la existencia de una
                 Muralla Estratégica: la Muralla de Guerra es el fundamento fáctico del modo de
                 vida estratégico, su asiento material. Este principio explica el hecho de que la
                 Fraternidad Blanca haya sostenido en la Tierra, en todos los tiempos históricos, a
                 Comunidades y Ordenes Secretas especializadas en la construcción de Templos,
                 las que colaborarían estrechamente con los Sacerdotes del Pacto Cultural; y
                 explica también el hecho de que los Señores de Agartha sostengan, a través de
                 la Historia, a las Ordenes de Constructores de Murallas de Piedra, Ordenes
                 integradas exclusivamente por los descendientes blancos de los Atlantes
                 blancos, quienes dominan la Sabiduría  Lítica y la Estrategia de la Guerra
                 Esencial.


                 Cuarto Día


                        Por todo lo visto, será evidente que del modo de vida estratégico  sólo
                 podría proceder un tipo de Cultura extremadamente austera. En efecto, los
                 pueblos del Pacto de Sangre jamás se destacaron por otro valor cultural como no
                 fuese la habilidad para la  guerra. Es que estos pueblos, al principio, se
                 comportaban como verdaderos extranjeros en la Tierra: ocupaban la región en
                 que vivían, quizá durante  siglos, pero siempre pensando en partir, siempre
                 preparándose para la guerra, siempre desconfiando de la realidad del mundo y
                 demostrando una hostilidad esencial hacia los Dioses extraños. No debe
                 sorprender, pues, que fabricasen pocos utensilios y aún menos objetos
                 suntuarios; sin embargo, aunque escasas, las cosas estaban perfeccionadas lo
                 bastante como para recordar que se trataba de pueblos de constructores,
                 dotados de hábiles artesanos; para comprobarlo no bastaría más que observar la
                 producción de armas, en la que siempre sobresalieron: éstas sí se fabricaban en
                 cantidad y calidad siempre creciente, siendo proverbial el  temor y el respeto
                 causado por ellas en los pueblos del  Pacto Cultural que experimentaron la
                 eficacia de su poder ofensivo.
                        Los pueblos del Pacto Cultural, contrariamente a los  ocupantes de la
                 tierra, creían en la propiedad del suelo, amaban al mundo, y rendían Culto a los

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