Page 379 - El Misterio de Belicena Villca
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Los vikingos nada pudieron hacer contra la Alta Estrategia aplicada por los
Demonios Berhaj y Birchaj, que guiaban a los Diaguitas y acabaron cayendo en
el cerco que el Enemigo cerró en torno de la Isla del Sol. Tomados prisioneros
por miles, los skioldanos fueron pacientemente degollados uno por uno a manos
de los Sacerdotes hebreos-diaguitas. Al llegar a esta parte del relato, el
Atumuruna Tatainga señaló un relieve rúnico en la pared y preguntó:
El Pucará de Sayagmarca, situado sobre el filo de un cerro, a 3600 metros de altura, en las
inmediaciones de Machu Pichu, Perú
El Puca Pucará, emplazado en un pequeño valle en las proximidades de Cuzco, Perú
–¿“Molay”, “Quiblón”? ¿Significan algo esas palabras para Ustedes?
Porque los Sacerdotes Diaguitas, cada vez que degollaban un prisionero de
oreja a oreja, procurando que la sangre cayese en el lago, gritaban: –¡Por
Molay! ¡Por Quiblón! Nuestros antepasados escribieron con runas esos
nombres, que para ellos no tenían sentido, pues deseaban que algún día sus
descendientes aclarasen el enigma.
Los Hombres de Piedra quedaron mudos, clavados en su sitio. Pero
pensaban: ¡Qué terrible es la Ilusión del Gran Engaño! ¡Qué diferente es la
misma realidad vista desde otra perspectiva! Aquél, de 1315, había sido un buen
año para la Casa de Tharsis: se presentó el Sr. de Venus y aprobó todo lo
actuado contra los planes de la Fraternidad Blanca; la acción de la Casa de
Tharsis, y del Circulus Domini Canis, causó la destrucción de la Orden del
Temple; y con ellos, con la hoguera de Jacques de Molay, desapareció por el
momento el peligro de la Sinarquía Universal del Pueblo Elegido. También la
venida de Quiblón se retrasaría 180 años. Y en ese año los Valentininos se
radicaron en Turdes. Sí; 1315 fue un año fasto que aún recordaban con simpatía
los Señores de Tharsis: inclusive se llegó a decir que era uno de los mejores
años en la historia de la Casa de Tharsis. ¡Y ahora comprendían que para sus
hermanos skioldanos aquél fue un año nefasto, el peor de su historia! El Enemigo
tomó entonces contra ellos una venganza atroz: ¡intentó extinguir su Estirpe en
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