Page 384 - El Misterio de Belicena Villca
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Piedra semejante a la de la Corona del Rey Kollman. Con Ellos vendrá una
Princesa de la Sangre más Pura de la Tierra: Ella os será confiada para que
la desposéis con un Príncipe de la Casa de Skiold; su descendencia
preservará la Estirpe y constituirá la raíz de un pueblo poderoso al Final de
los Tiempos. Pero en retribución, Atumurunas, conservaréis Virgen a la
Princesa Quilla y se la entregaréis a Ellos, para que su propia Estirpe se
prolongue en la Sangre Pura de Skiold.
Ellos vienen de un país muy lejano, aunque no tanto como aquél del
que vosotros procedéis. Estarán guiados por Nosotros y tarde o temprano
se aproximarán al Camino de los Dioses. Daréis instrucciones, pues, a los
Amautas del Bonete Negro, para que se distribuyan en los confines del
Camino y los aguarden y conduzcan a Koaty. Los Amautas deberán dar
parte a los Scyris de los pueblos locales de que serán castigados con las
penas más severas si causan algún daño a los Extranjeros portadores de la
Piedra: ¡Hacedles saber que Ellos, al igual que vosotros, son Señores de la
Muerte, Huancaquilli Huañuy!
Estaréis preparados para evacuar Koaty apenas lleguen los
Huancaquilli y hayáis intercambiado las Princesas. Vosotros iréis al Valle
Grande Kâlibur, al sitio que habéis visto en la Piedra de la Corona. Allí
atravesaréis la puerta secreta que conduce a un valle protegido por las
Runas de Wothan, adonde forjaréis, un terrible pueblo guerrero que
regresará a este Mundo en los días de la Batalla Final. Pero los Huancaquilli
deben viajar más al Sur, a la Fortaleza o Pucará de Tharsy, o Thafy, donde
se encuentra el Gran Meñir de Tharsy plantado por los Atlantes blancos
hace miles de años. ¡Sí, Atumurunas; cuando nosotros fundamos una
Estirpe, siempre plantamos Su Meñir! Y sólo con el correr de las
generaciones, sólo si la Sangre se conserva Pura, los Miembros de la
Estirpe se reencuentran con Su Meñir. Ello ocurre al concretarse la Misión
Familiar: por eso vosotros hallaréis vuestro Meñir en el Valle Grande y los
Huancaquilli encontrarán el suyo en el Valle Thafy. Y el Enemigo no podrá
penetrar en las Murallas Estratégicas de los Grandes Cromlech que rodean
y aíslan los Meñires Fundamentales de la Raza.
Los Antepasados blancos, los Atlantes blancos, dejaron un pueblo al
cuidado del Meñir de Tharsy, en el Tucumán: Ellos celebraban el Culto al
Señor de la Guerra, al que llamaban Vultan o Voltan, en una Apacheta, o
altar, junto al Meñir; purihuaca Voltan guanancha unanchan huañuy. Aquellos
guardianes hace miles de años que fueron exterminados por los indios
diaguitas, miembros del “Pueblo Elegido” por el Dios Creador de este
Infierno, quienes todavía habitan en la región. Brindaréis, pues, una escolta
a los Huancaquilli para que arriben sin peligros al antiguo Pucará del Valle
Thafy, adonde habitarán también hasta los Días de la Batalla Final.
Atumurunas de la Casa de Skiold: he dicho cuanto tenía que decir y
no conviene, por motivos estratégicos, agregar nada más. Os reitero el
saludo de Wothan y me despido hasta la Batalla Final. O hasta que vosotros
coincidáis conmigo en otro kairos. ¡Gracia y Honor, Sangre de Skiold! –les
deseó el Señor de Venus, en tanto levantaba el brazo derecho para expresar el
Bala Mudra.
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