Page 390 - El Misterio de Belicena Villca
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Pronto se realiza otro intento, en 1549, cuando Juan Núñez del Prado se
dirige a Tucumán con setenta hombres, algunos de ellos Golen, entusiasmado
por los relatos de varios miembros de la expedición de Rojas: tampoco hallarían
la Ciudad de los Césares o el Pucará de Tharsis. Durante veinte años, desde la
excursión de Diego de Rojas hasta la venida a Tucumán de Francisco de Aguirre,
se realizan en vano intentos semejantes que, sin embargo, tienen la virtud de ir
sembrando la región de poblados y ciudades españolas. San Miguel de Tucumán
es fundada el 29 de Septiembre de 1565 por Diego de Villarroel, sobrino de
Francisco Aguirre. Al igual que El Barco, hoy Santiago del Estero, San Miguel de
Tucumán cambió su asentamiento original, en 1680, por obra del Gobernador
Fernando Mendoza Mate de Luna y con autorización del Rey Carlos II. El
progreso económico de la provincia, no basado en el oro y la plata que buscaban
los primitivos exploradores sino en la explotación de la tierra y en la esclavitud de
los indios, hizo olvidar muy pronto las historias de la Ciudad de los Césares y la
existencia del Rey Blanco. En torno al Pucará de Tharsy surgió un poblado
habitado por los descendientes de los Quillaruna, pero la fortaleza jamás fue
descubierta por los españoles ni por los posteriores gobernantes criollos. En su
sitio se estableció una enorme chacra, o estancia, que contenía al invisible
Pucará, y que fue finalmente legalizada por los nietos de Lito de Tharsis, quienes
se infiltraron en la Gobernación y compraron las capitulaciones con el buen oro
inga que conservaban de su paso por Koaty. Y en el interior del cromlech,
junto al meñir de Tharsy, sobre la antiquísima Apacheta de Voltan, purihuaca
Voltan, descansaba la Espada Sabia aguardando la Señal Lítica de la Batalla
Final.
Sexagesimoprimer Día
Llegamos, pues, al siglo XX, Dr. Siegnagel! Y llegamos no porque el paso
implacable del tiempo nos haya conducido a él, sino porque he decidido saltear
400 años de la historia americana de nuestra Estirpe. Procederé de este modo
para apurar el final de la carta, pues supongo que Ud. ha de haberse cansado de
la lectura y creo que puede ya comprender el drama de la Casa de Tharsis y
sacar sus propias conclusiones. Como sabe, Yo desciendo de Lito de Tharsis y
de la Princesa Quilla, quienes formaron una familia que siempre permaneció en el
lugar del Pucará de Tharsy, en Thafy del Valle, Provincia de Tucumán: durante
esos cuatro siglos hubo muchos Noyos y Vrayas que custodiaron la Espada
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