Page 470 - El Misterio de Belicena Villca
P. 470
–Jesús, Don Cerino ¿cómo es que están al oscuro? Ya está la cena.
Enseguida le subiré al Sr. Arturo lo suyo –la vieja sonrió como de costumbre
antes de salir.
Esta intromisión calmó a tío Kurt que todavía giraba pensativo. Se detuvo a
los pies de mi cama con las manos apoyadas en el espaldar y, en correcto
castellano dijo:
1
–Neffe , creo que me has traído una respuesta que esperé por décadas. Si
es así, podré morir en paz cuando todo termine –dijo misteriosamente– pero,
dime ¿qué te trajo exactamente hasta mí? ¿cómo se te ocurrió venir a verme?
–Deseaba averiguar el motivo que tuvieron las . para acopiar toda la
documentación sobre los Druidas, –respondí–. Cuando pensé en ello, vino a mi
memoria el recuerdo de aquella noche treinta y cinco años atrás cuando me
regalaste la Cruz de Hierro. Fue una intuición, pues inmediatamente, sin motivo
aparente me asaltó la seguridad de que tú sabrías responder a esos
interrogantes. Luego supe por Mamá que habías sido oficial de las . ... Y aquí
me tienes.
–Ja, ja, ja –rió admirado, con aquella carcajada estruendosa que lanzara al
descubrirme en la escalera de Cerrillos, de niño, y que tan bien recordaba.
–Has supuesto bien neffe; –continuó tío Kurt– Yo puedo contarte algunas
cosas que te resultarían útiles para la solución de tus problemas. Cosas
referentes a la Doctrina esotérica de la Orden Negra . Sin embargo, por un
inevitable y significativo designio de los Dioses, te sorprenderá comprobar hasta
qué extremo estaban en mis manos las respuestas que buscabas. Pero antes de
hablar de ello cenaremos.
Se fue, dejándome consumido por nuevos interrogantes. De su
exclamación anterior se desprendía claramente otro misterio: ¿cómo había
trabado contacto tío Kurt con los Druidas, quienes, al parecer, lo perseguían a
muerte desde hacía años?
Capítulo III
A las 21,30 hs. tío Kurt se instaló en un cómodo sillón hamaca, junto a mi
cama, y luego de permanecer pensativo unos minutos comenzó a hablar. Se veía
que había estado reflexionando sobre todo lo ocurrido y tomado una decisión.
–Mira Arturo; –dijo con tono solemne, tratando de ser convincente–
comprendo que estarás impaciente por obtener las respuestas que te han traído
hasta aquí, pero debes darme tiempo para leer la carta de Belicena Villca. Es un
manuscrito extenso y me llevará varios días asimilarlo, mas es necesario que lo
haga antes de responder a tus preguntas; de ese modo tendré el antecedente de
lo que tú conoces, apreciaré lo que te falta saber, y podré expresarme con
precisión.
Esperaba mi aprobación sin condiciones. No obstante, Yo creía que en
nada le afectaría adelantarme alguna respuesta.
1
Neffe : sobrino, en alemán.
470