Page 473 - El Misterio de Belicena Villca
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razones, no podré acercarme a su familia hasta pasado un tiempo más bien
                 largo; un año o más.
                        ¡Pero vayamos a lo tuyo, Arturo! –dijo con energía, luego de suspirar
                 profundamente, como despidiéndose de su amigo muerto–. Hace unos dieciocho
                 meses, más o menos, nos encontramos en  la Provincia de Jujuy, en el Hotel
                 Provincial de Tilcara: ambos pasábamos por turistas que visitaban el famoso
                 Pucará. Allí lo noté muy excitado y feliz: había hallado, me dijo entonces,  a
                 quienes poseían un contacto directo  con la Fuente de la Sabiduría
                 Hiperbórea, es decir, con la misma fuente que nutría la Sabiduría de nuestros
                 Instructores Iniciados de la Orden Negra  .. De acuerdo a Oskar, luego de 35
                 años de tinieblas “democráticas” y judaicas, surgía nuevamente la Luz Espiritual
                 del Sol Negro: si, después de 35 años, durante los cuales el Enemigo vertió toda
                 clase de calumnias sobre la Sabiduría de la Orden, y después de que cientos de
                 impostores, a menudo mero personal subalterno de la               . que ignoraba los
                 Secretos de la Orden, sembrase la confusión sobre la enseñanza iniciática que
                 en ella se impartía. En Córdoba, me explicó Oskar, había aparecido un gran
                 Iniciado que se hacía llamar “Nimrod de Rosario”; lo “de Rosario” era, al parecer,
                 para diferenciar su apodo del Nimrod histórico, un Rey Kassita que vivió 2.000
                 años A.J.C. Pero esto era anecdótico:  lo importante consistía en que aquel
                 Iniciado dominaba todas las Ciencias de  Occidente, y en especial la Sabiduría
                 Hiperbórea, en un grado tan alto como Oskar no había visto nunca fuera de
                 Alemania, y desde los últimos días de la guerra, 35 años atrás. En verdad, habría
                 que remontarse a aquellos días y a los  hombres que dirigían secretamente la
                 Orden Negra, en particular a Konrad Tarstein, para hallar un Iniciado equivalente.
                 Por lo menos ésa era la opinión de Oskar.
                        Claro, fuera de las inevitables comparaciones, y de aquello que tenían en
                 común, existían diferencias abismales entre Nimrod y nuestros antiguos
                 instructores. Desde luego,  ninguna diferencia había en  cuanto al Honor o a la
                 Sabiduría Hiperbórea en sí: en este terreno todo era análogo a la  .. Pero ya no
                 estábamos en los días del Tercer Reich y la  ., y es lógico que al organizar a los
                 partidarios de la Sabiduría Hiperbórea Nimrod se haya visto obligado a contar con
                 aquello que la realidad, la realidad de 1979, le ofrecía. Aún recuerdo las palabras
                 de Oskar al referirse a la incompetencia espiritual de sus seguidores: –“Créeme
                 Kurt, que a Nimrod le hace falta una selección racial como la que se practicó en
                 Alemania, y de la cual surgimos nosotros. ¡Lo sé, lo sé! Ya no estamos en
                 Alemania sino en el mestizo Tercer Mundo. Sólo estoy planteando una posibilidad
                 imposible, un juego de imaginación.  Es que me apena observar cómo sus
                 esfuerzos caen en vacío, son desaprovechados por gente que no consigue
                 desprenderse del siglo. No obstante, y sin rozar ni remotamente la disciplina de la
                  ., ha conseguido formar un importante grupo de apoyo que le permite
                 desarrollar su Estrategia: con personas  salidas del esoterismo tradicional,
                 especialmente muchos que comprendieron  que la Iglesia Gnóstica de Samael
                 Aun Weor es una secta sinárquica más, y otros procedentes del nacionalismo
                 argentino, vale decir, hombres con formación política nazifascista. Con ellos
                 formó la Orden de Caballeros Tirodal, en  la cual se otorga una ‘Iniciación
                 Hiperbórea’ en todo semejante a la que recibimos nosotros en la  .”.
                        “Pero la Iniciación Hiperbórea, que es la Primera de las tres que requiere la
                 liberación espiritual y el Regreso al  Origen, –prosiguió Oskar– sólo puede ser
                 administrada por quien exhiba la Segunda Iniciación, es decir, por un Pontífice
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