Page 529 - El Misterio de Belicena Villca
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me mostraste la imposibilidad de hallar la Verdad  en alguna parte: ¡cuánto
                 camino a ciegas te podrías haber ahorrado si me hubieses conocido antes! A mí,
                 a Oskar, o a cualquiera de los que conocíamos la Verdad! ¡Oh, Arturo ¿qué
                 hemos hecho?! Salvamos nuestras miserables vidas pero al costo de perder el
                 honor, de abandonar a los jóvenes a sus propias fuerzas, de permitir que fuesen
                 corrompidos y destruidos por el Enemigo...
                        –Pero tío Kurt –dije tratando de calmarlo– tú recibiste una orden del
                 Capitán Kiev: debías permanecer oculto por motivos estratégicos, quizás
                 aguardando la carta de Belicena  Villca. Puede ser que otros   hayan actuado
                 egoístamente, como dices, mas Yo encuentro muy significativa tu historia, la mía,
                 y la de Belicena Villca. Veo todo muy sincronizado, muy coincidente, y se me
                 ocurre que los Dioses lo tenían calculado de antemano. Así, pues, que no debes
                 amargarte en vano: las cosas tendrán sentido, tus treinta y tres años en Santa
                 María tendrán sentido, si cumplimos con el pedido de Belicena Villca y hallamos a
                 su hijo y a la Espada Sabia, si mostramos su carta a Nimrod de Rosario y nos
                 incorporamos a su Orden de Constructores Sabios.
                        –Tal vez tengas razón. Pero he comprobado mi error y nada me impedirá
                 pagar la deuda de honor que debo a los que venían tras de mí. ¡La deuda es
                 contigo, Arturo, lo sé! Y por eso estoy dispuesto a morir si es preciso; a morir con
                 honor, como muere un oficial  . Sí, Arturo, considéralo como un juramento: ¡te
                 protegeré de los Druidas, pondré a tu disposición todas las facultades y poderes
                 que desarrollé en la Orden Negra, y moriré por ti si  es necesario, para que tú
                 cumplas la misión que te encomendara Belicena Villca!

                        Fue inútil que intentara persuadir a tío  Kurt que la situación no era tan
                 grave, que nadie iba a morir. Sólo logré convencerlo de mi ingenuidad. De todos
                 modos, una cosa era clara: increíblemente, poseía la facultad de comunicarse
                 telepáticamente con el Capitán Kiev, uno de los Señores de Venus que Belicena
                 Villca mencionara reiteradamente en su carta.


                 Capítulo XVII


                        Me prometí a mí mismo no interrumpir más a tío Kurt. Su relato prosiguió
                 así:
                        –De acuerdo a los papeles firmados y  sellados que contenía el sobre
                 entregado por el   Oberführer  Papp ya era miembro de la Schutzstaffeln
                 (Escalones de Guardia o  ) y marchaba a recibir entrenamiento al Ordensburg
                                                                                          30
                 de  Crossinsee incorporado con el grado de   Obersturmführer  . A la   se
                 ingresaba normalmente,  para la carrera de oficial, con el grado
                                     31
                 Untersturmführer   pero los graduados del NAPOLA, por su preparación militar
                 previa, eran incorporados con un grado más. Por esta razón yo entraba como
                                                          a
                 Obersturmführer de la legendaria  1  Panzer División Leibstandarte Adolf
                 Hitler y porque los Ostenführer del Cuerpo Selectivo de Estudios Orientales del
                 NAPOLA tenían su asiento natural en el Leibstandarte.


                 30     Obersturmführer: grado de Teniente en la   .
                 31     Untersturmführer: grado de Alferez en la   .
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