Page 54 - El Misterio de Belicena Villca
P. 54

Señores de Tharsis. La reacción  de los Golen desencadenó aquella campaña
                 internacional alentando la conquista  de Tharsis que culminó en el peligroso
                 intento de invasión fenicia desde las Baleares y Gades, o Cádiz. Pero los
                 Señores de Tharsis convocaron a los lidios e hicieron desistir a los fenicios de su
                 proyecto conquistador por lo menos por los siguientes cuatro siglos. De la alianza
                 entre iberos y lidios surgió el “Imperio de Tartessos”, que pronto se expandió por
                 toda Andalucía, la “Tartéside”, y privó a los fenicios de colonias costeras en su
                 territorio. Las Baleares y la isla de León, asiento de Gades, quedaron aisladas de
                 tierra firme pues los tartesios sólo les permitieron mantener un comercio exiguo a
                 través de sus propios puertos. ¿Cuál sería la siguiente reacción de los Golen
                 frente a ese poderío que se desarrollaba fuera de su control y que frustraba todos
                 sus planes? Antes de responder, estimado y, paradójicamente, paciente Doctor
                 Siegnagel, debo ponerlo al corriente de las consecuencias que la presencia de
                 los lidios produjo en el Culto del Fuego Frío. Para entender lo que sigue sólo hay
                 que recordar que los lidios eran más “cultos” que los iberos, es decir, más
                 civilizados culturalmente,  en tanto que los más “incultos” iberos, es decir, más
                 bárbaros, estaban más “cultivados” espiritualmente que los  lidios, poseían más
                 Sabiduría que conocimiento.

                        Esas diferencias ocasionarían que los Príncipes lidios, ahora de la misma
                 familia de los Señores de Tharsis, aceptasen sin profundizar el significado
                 esotérico del Culto a la Diosa del Fuego Frío, que en adelante se denominaría
                 por común acuerdo “Pyrena”, y empleasen todo su esfuerzo en perfeccionar la
                 forma exotérica del Culto. Tal aplicación va siempre en perjuicio de la parte
                 esotérica y, como no podía ser de otra manera, a la larga iba a resultar fatal para
                 los tartesios. Mas esto ya lo verá, pues, como anuncié, estoy yendo paso a paso.
                        Los lidios, como en otras industrias, eran hábiles artesanos de la piedra.
                 ¿Qué cree que hicieron en su afán de perfeccionar la forma exterior del Culto?
                 Decidieron, ante el horror de sus parientes iberos que nada podían hacer para
                 impedirlo, tallar el meñir del Bosque  Sagrado con la Figura de Pyrena; la
                 escultura contribuiría a sostener el Culto, explicaban, pues  el pueblo lidio
                 necesitaba una imagen más concreta de la Diosa: su representación como Flama
                 era demasiado abstracta para ellos.
                        El meñir consistía en una piedra bruta de color aceitunado, de unos cinco
                 metros de altura, y con forma de cono truncado: los lidios se proponían emplearlo
                 íntegramente para tallar la Cabeza de la Diosa. De acuerdo con su proyecto, la
                 nuca debía quedar frente al Manzano, de tal suerte que el Divino Rostro mirase
                 directamente al pueblo; y el pueblo, distribuido en un claro circundante desde el
                 que se dominaba la escena ritual, vería el Rostro de la Diosa y, tras de ella, al
                 Manzano de Tharsis. Trabajaron dos Maestros escultores en la talla, uno para
                 esculpir el Rostro y otro las guedejas serpentinas, en tanto que tres ayudantes se
                 ocupaban de practicar el hueco de la nuca, conectado con los Ojos de la Diosa.
                 La obra no estuvo lista antes de cinco años pues, aún cuando las herramientas
                 de hierro de los lidios permitieron adelantar mucho de entrada, la terminación
                 pulida que pretendían les demandó largos años de trabajo: en verdad, los
                 tartesios continuarían puliendo durante décadas la Cabeza de Pyrena, hasta
                 dotarla de un impresionante realismo.
                        La necesidad que sentían los lidios  de contemplar una manifestación
                 figurativa de la Diosa era propia de la Epoca: los  pueblos del Pacto Cultural

                                                           54
   49   50   51   52   53   54   55   56   57   58   59