Page 555 - El Misterio de Belicena Villca
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–Nada querría Yo más que servir a la patria y a la humanidad –dije
atolondradamente– pero es que me sorprende todo lo que dice Ud. No
comprendo cómo puedo ser una pieza tan importante en este juego y me abruma
la responsabilidad. ¿Cómo vivir sabiendo que en mis manos está el obtener algo
que es precioso para el Tercer Reich y la Raza Aria? Yo, como todo Camarada, y
más siendo Oficial , estoy dispuesto a morir por nuestras divisas cuando así sea
dispuesto pero, a partir de ahora, no desearía vivir con la angustia de fallar antes
de tiempo, de no llegar a cumplir. ¿Comprende Tarstein? me aterra el tiempo que
falta para el desenlace. Si hay algo tan importante para hacer quisiera realizarlo
cuanto antes.
–¡¡Pues debería tener paciencia!! –afirmó Tarstein, casi gritando–. Aunque
falte un minuto o un siglo Ud. no debe demostrar ninguna alteración ni conducta
impropia del Kshatriya.
Recuérdelo, es Ud. un Caballero, un Monje Guerrero, debe comportarse
en consecuencia. Pronto será Iniciado y luego cumplirá su Destino.
Asentí turbado por la merecida reprimenda que recibí de Tarstein. Pero
ese día no hablamos más del asunto.
Capítulo XX
Bueno, neffe –dijo tío Kurt luego del almuerzo, con los ojos extrañamente
brillantes– nos estamos acercando a la parte más importante de mi vida, al
momento en que recibí la Iniciación y me fue confiada aquella insólita misión, esa
operación que tanto valorizaba Tarstein y que aún me resultaba incomprensible.
–En aquel tiempo, con Tarstein de instructor, aprendí mucho. El parecía
saberlo todo y Yo solía sentirme avergonzado pues, tras tantos años del
NAPOLA, sólo era capaz de seguirlo atentamente en sus exposiciones pero me
sentía incompetente para completar por mi cuenta nada de lo que decía. Sin
embargo Tarstein acudía a consolarme a su manera paradójica:
–No se preocupe Kurt, es sólo confusión, impureza sanguínea. Pero va
más a prisa de lo que cree. Pronto lo sabrá todo, despertará y, entonces, si lo
desea, podrá dominar tanta Ciencia como el más grande Sabio. Claro que
nuestra Ciencia Hiperbórea es una Ciencia maldita para este mundo satánico.
Pero eso no debe preocuparle pues el Siddha es realmente uno y no tiene
necesidad de nada más que de Sí Mismo. Para la Sabiduría Hiperbórea existen
tres clases de hombres. El pasú, que fue concebido por el Demiurgo ordenador
de la materia, Jehová Satanás, y que sólo bajo ciertas reservas puede ser
considerado “hombre”, siendo más acertado llamarle animal hombre. También
está el virya, que es básicamente un pasú de linaje hiperbóreo, es decir, un
pasú que ha mezclado su sangre con un Siddha inmortal, Misterio éste que
comprenderá en el transcurso de su instrucción. Los viryas están en mayor o
menor medida extraviados o perdidos por la confusión de Sangre y sólo el
recuerdo contenido en la Sangre podría purificarlos. A eso apunta la
Estrategia del Führer; a eso y a poner fin al Kaly Yuga o Edad Oscura.
Tenga presente que un pasú jamás podrá ser virya semidivino, pero que
un virya puede descender completamente al nivel de pasú por una definitiva
confusión sanguínea. Y finalmente están los Siddhas Leales, aquellos que
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