Page 559 - El Misterio de Belicena Villca
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Alemania a través de uno de nuestros consulados en la India. En ella me
informaba que se aprestaban a partir hacia el Noroeste, guiados por dos
misteriosos “lamas del Bonete Kurkuma”, y que llevaban salvoconductos del Dalai
Lama. Es todo lo que sé. El destino final no conseguí averiguarlo pues ni Oskar lo
sabe, pero es evidente que no se trata de una exploración hacia el Oeste, como
indica su nombre, sino hacia un sitio ubicado directamente en la dirección
opuesta. Parece que Schaeffer no confía plenamente en él e incluso lo ha aislado
del resto de los Oficiales.
–Es cuanto deseaba oír, Kurt. Yo le diré sin más adónde se dirige Ernst
Schaeffer: hacia la Puerta de Shambalá. Va a solicitar al Rey del Mundo, en
nombre de unas pretendidas “Fuerzas sanas de Alemania”, su intervención
para poner fin al Tercer Reich.
–¡Traición! –grité.
–Ja, Ja –rió con nerviosismo ante mi exclamación–. Se sorprendería Ud. si
supiera la magnitud, la multiplicidad y los alcances de las traiciones que corroen
al Tercer Reich y conspiran contra la conducción del Führer. Pero es natural que
así ocurra, puesto que el enfrentamiento que el Nacionalsocialismo plantea a las
Potencias de la Materia es Total: todo hombre está sometido a la tensión esencial
entre el Espíritu y la Materia; y muchos serán los que cederán ante la Ilusión de la
Materia, frente a la forma judaica de la Ilusión de la Materia, es decir, el dinero,
la paz, la democracia, la libertad, la ley, etc. Sólo los hombres espirituales serán
capaces de superar esta Ilusión: la superarán con la sola fuerza de su Voluntad
Graciosa, con el acto de su Honor, con el valor de su Sangre Pura.
La de Ernst Schaeffer es una más de tales traiciones. Sólo que a nosotros
nos afecta particularmente por tratarse de un hecho esotérico, de una
circunstancia que podemos comprender de manera eminente. Sí, Kurt: la de
Schaeffer es una traición enorme pero no es la mayor de las traiciones que debe
afrontar el Führer. Sin embargo, hace bien en tomarla en serio, porque de Ud.
depende que sus Planes desleales triunfen o fracasen.
–¿Cómo podría Yo intervenir, e influir en los planes de Schaeffer, desde
Berlín? –pregunté aturdido.
–Pues no será Berlín desde donde actuará, Kurt, sino desde el Asia.
¡Partirá Ud. de inmediato hacia la India! Mañana se presentará al S.D. y recibirá
órdenes del Oberführer Papp: ¡él le demostrará cómo es posible alcanzar a la
expedición de Schaeffer antes que llegue a la Cordillera Kuen Lun! Pero ahora le
anticiparé algo que, no lo dudo, lo motivará a Ud. profundamente. Ante todo, le
diré que la Orden Negra tiene, desde el principio, excelentes espías en el grupo
de Ernst Schaeffer: es por sus informes que hemos sabido del “incidente” con el
profesor y de su amistad con Oskar Feil. Bien; es sobre éste último que deseaba
hablarle:
Tómelo con calma, Kurt, pero la verdad es que Oskar Feil corre mortal
peligro. Ciertamente, Schaeffer no ha confiado nunca en él, y si le ha permitido
integrar la operación es porque planea eliminarlo en el Asia: ¡sólo Ud., si llega a
tiempo, podrá quizás salvarlo!
–Pero ¿por qué llevarlo al Asia? Si desconfiaba de Oskar ¿por qué no se
deshizo de él en Alemania? –grité desesperado.
–Ay, Kurt. Lamento tener que darle estas noticias. Sosténgase fuerte, pues
lo que va a oír es impresionante: su Camarada ha sido elegido para ser
sacrificado. Sí; no me mire de ese modo: ¡está confirmado! Aunque todavía es
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