Page 558 - El Misterio de Belicena Villca
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puede disolver la Mentira absoluta de la Creación Material que ellos sostienen.
Por ese Poder de revelar la Verdad Absoluta, quienes sostienen la Mentira
Absoluta, han resuelto no enfrentarse jamás al Signo del Origen, es decir,
mientras dure la Mentira del Universo material. Y por eso el Signo del Origen es
Llave de las Puertas de Shambalá, una LLave que cierra con su sello
infranqueable la Ruta de los Demonios. Y Ud., Kurt, manifiesta como nadie el
Signo del Origen, aunque no sea capaz de advertirlo por sí mismo; pero eso no
afecta estratégicamente su misión: su sola presencia basta para cerrar las
Puertas Malditas; los Demonios no están dispuestos a contemplar el Signo
que Ud. es capaz de proyectar. Desde luego, lo matarían al acercarse a la
Puerta, si no fuese porque ahora Ud. está más allá de la Muerte. ¿Me
comprende, Kurt? ¡Si Ud. se sitúa frente a una Puerta de Shambalá, y se
mantiene fuera del alcance de los Demonios practicando la Via de la
Oposición Estratégica que lo independiza del Tiempo y del Espacio, la
Puerta deberá ser inexorablemente clausurada!
Ahora sí entendía algo: con mi sola presencia, Yo causaría el cierre de una
de aquellas Puertas que conducía a la Ciudad Maldita, morada de los Demonios
de la Fraternidad Blanca. Pero aún no comprendía el objetivo de la misión ¿a qué
puerta se refería Konrad Tarstein? Un instante después, la explicación de
Tarstein me llenaría de estupor.
–Y ahora que ya hablé de su facultad, de ser Signo Clave, iré directamente
a los detalles de la misión, a lo que la Orden Negra, el Tercer Reich y el Führer
esperan de Ud. ¿Recuerda al Profesor Ernst Schaeffer? –preguntó con ironía;
mas no me dio tiempo a responder– Sí, creo que no lo ha olvidado. No después
del incidente que protagonizó el año pasado al ofrecerse como voluntario para la
Operación Altwesten y de la cual estoy enterado en todos sus detalles. Ud. no
podía saberlo entonces, pero su participación en esa operación es la última cosa
en el mundo que aceptaría Ernst Schaeffer. Lo comprobará si tiene en cuenta la
facultad que dispone, de cerrar las Puertas de Shambalá, y posee la respuesta a
esta pregunta: ¿sabe en qué consiste la Operación Altwesten ?
–Camarada Tarstein, Ernest Schaeffer ya partió hace un año hacia el
Tíbet. Supongo que Ud. sabrá que en la expedición iba un buen amigo mío,
Oskar Feil, quien me suministró toda la información que poseo –dije, advertido en
el acto de que no me convenía mentir al bien informado Tarstein–. Lo siento si
falté a alguna regla, pues sé que la operación es ultrasecreta, pero no he de
negarle que mi desconfianza hacia Schaeffer no puede ser mayor: incluso mi
Taufpate Rudolph Hess confirmó que sobre él pesaban ciertas sospechas y me
sugirió que, pese a todo, Yo formaría parte de la expedición. Pero
lamentablemente eso no ha ocurrido, ignoro si para bien o para mal, y ya no tiene
arreglo debido al tiempo que llevan en el Asia. De todos modos, desearía asumir
toda la responsabilidad por cualquier falta que pudiese haber cometido Oskar Feil
al mencionarme la Operación Altwesten, pues sólo mi curiosidad y las dudas que
albergo sobre la conducta de Schaeffer son culpables de sus confidencias.
–Tranquilícese, Kurt, que nadie lo está acusando de espionaje.
Respóndame, simplemente ¿qué sabe de la Operación Altwesten ?
–Pues casi nada, Camarada Tarstein. Sólo estoy al tanto del camino
recorrido por la expedición hasta ahora, merced a las cartas secretas que Oskar
ha logrado enviarme desde distintos puntos del Asia. La última fue despachada
hace tres meses en Lhasa, en el Tíbet, con un mensajero que la hizo llegar a
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