Page 637 - El Misterio de Belicena Villca
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Mundo y la Historia y mostrara su faz oculta, que hoy causa la admiración de la
Sinarquía?
En la historia no existen las sorpresas. Los hechos históricos registran
causas que a veces se remontan siglos o milenios anteriores. El Japón es hoy un
gigantesco kibutz, la “mentalidad judaica” se ha impuesto en todos los órdenes,
de manera semejante a como ocurre en Inglaterra, y predomina un generalizado
consenso para que el país permanezca alineado en la Sinarquía, pertenezca a la
Comisión Trilateral, a la O.N.U., a la O.T.A.N., etc.; todo el mundo, allí, habla de
yens, de paz, de consumo, de turismo, de hermandad, libertad, fraternidad, etc.
Este “cambio”, aparentemente “sorpresivo” dada la vocación “guerrera” de los
japoneses antes de la Segunda Guerra Mundial ¿es realmente un cambio, debido
al escarmiento de Hiroshima y Nagasaki, o la exhibición de la verdadera
naturaleza de los japoneses, quienes tal vez por una especie de trauma colectivo
han querido durante siglos ser lo que no eran, esto es, Kshatriyas, Samurais, y
habían terminado simulando, representando, el papel de guerreros? Porque
todos los fenómenos históricos, como este supuesto “cambio” de los japoneses,
tienen causas antiguas que lo justifican: nadie se torna judío de la noche a la
mañana, ni así lo circunciden; para ser un buen hijo de Israel hacen falta
muchas “virtudes”, como por ejemplo la usura y el amor al lucro, que
requieren bastante tiempo desarrollar. Pero en tan poco tiempo los japoneses
han demostrado ser tan buenos judíos como los israelitas y los ingleses ¿no
significa eso que en el Japón la mentalidad judaica se hallaba larvada y que el
calor de Hiroshima y Nagasaki solamente produjo su metamorfosis, el nacimiento
de la crisálida sinárquica que hoy en día es ya una bella mariposa más en el
enjambre de la Fraternidad Blanca?
Querido neffe: tú eres un joven idealista y conoces bien la Historia.
Escucha este principio, comprobado por un viejo que ya ha vivido demasiado, y
que sintetiza cuanto te he dicho sobre la actitud de los japoneses: ningún
pueblo, jamás, pierde su Honor de golpe; no hay ejemplo alguno en la
Historia que pruebe lo contrario. Los pueblos, como todo lo que vive,
siguen las leyes de la naturaleza y entre ellos, como entre los habitantes de
la selva, hay pueblos leones y pueblos borregos, pueblos cóndores y
pueblos ratas; y, como entre los animales, ningún león se convierte de
golpe en borrego, ningún cóndor se transforma súbitamente en rata: si tal
“cambio” fuese en verdad posible, requeriría de una larga, milenaria,
evolución. Claro que, como en las fábulas, los borregos pueden alguna vez
disfrazarse de leones, las ratas vestirse de cóndores. He aquí lo que creo: la
Estrategia del Führer ha marcado una hora histórica, análoga a la hora
convenida en los bailes de disfraz cuando todo el mundo debe quitarse la
máscara, en la que nos ha sido dado observar a los borregos y a las ratas, y
a una infinidad de alimañas más, bajo los vistosos y engañosos trajes de
león, cóndor, y otros depredadores.
Creo, neffe, que los japoneses ya eran antes de la Guerra Mundial lo que
hoy son; que no “cambiaron” un ápice; que el Shivaguru tenía razón en sus
temores, pero que no comprendía totalmente la Estrategia del Führer; que,
efectivamente, nos traicionaron, pues sus corazones estaban con la Fraternidad
Blanca, aunque sus labios desmintiesen los actos estratégicos opuestos a
nuestra weltanschauung; y que ello era previsible, especialmente para los
chinos, que desde hacía milenios sabían con la clase de bueyes que araban.
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