Page 715 - El Misterio de Belicena Villca
P. 715
reacción, pues hacía días que había comprendido por qué Tarstein lo calificaba
de obstinado.
–Me imagino lo que me vas a decir, neffe. Desde que apareció el policía
Maidana, y diste crédito a la increíble idea sobre la “humanidad” de Bera y Birsa,
vengo temiendo oír “tu plan”. ¿Y sabes por qué? Porque lo imagino. Pero no te
preocupes; escucharé tu plan y lo consideraré con mi mejor buena voluntad. Sólo
quiero dejar algo asentado de antemano, un principio del cual no me moveré
pase lo que pase: los Inmortales no pueden morir.
Es obvio, “los Inmortales no pueden morir”, y tío Kurt parado
obstinadamente sobre ese principio no coincidiría jamás con mi plan. Ni con su
mejor “buena voluntad”. Pero, como anticipé, Yo estaba preparado para su
reacción y ya había encontrado el modo de que el futuro no quedase librado a su
“buena voluntad”: admiraba a tío Kurt pero lo creía muy capaz de aguardar otros
35 años antes de emprender una acción. Solté mi discurso:
–Mi querido tío Kurt: nos encontramos frente a dos puntos de vista; y para
podernos mover, uno de ellos debe prevalecer sobre el otro. Empero, ninguno de
nosotros cederá en su posición; y no es conveniente que lo hagamos . Tú
porque, si bien eres obstinado por demás, posees poderes que nadie tiene y un
conocimiento Iniciático que hay que respetar. Yo porque, oh tautología, puedo
estar acertado o puedo estar equivocado; nadie lo sabe, ni tú. Por algo fui
convocado ahora por los Dioses, por algo recibí la Carta de Belicena Villca, por
algo soy un Von Sübermann, por algo sufro este dolor, el ataque de los Demonios
contra mi familia; por algo serán todas estas cosas, pero no son suficientes por sí
mismas para decidir si estoy acertado o errado. Tú tiendes a creer que todo lo
que me ocurre es por ti, mas Yo tengo una idea diferente de mí mismo y pienso
que también existo; y que si existo es por algo: por ese algo que no sabemos qué
es pero que quizás sea el estar acertado en mi plan, lo que supondría que
además acertaré al cumplir el pedido de Belicena Villca, que encontraré a su hijo,
al Noyo de la Espada Sabia.
¿Cómo saber cuál es la verdad? ¿Cómo saberlo si, después de lo que ha
pasado con mi familia y de comprobar que Bera y Birsa se han reencarnado para
atacar, Yo nunca aceptaré que los pasos futuros sean decididos por tu “buena
voluntad” ni tampoco decidiré por mí mismo? Te explicaré cómo lo sabremos . Y
perdóname si tengo que ser duro contigo, tío Kurt. Tú has dejado asentado tu
principio del cual no te apartarás. ¡Pues Yo te expondré el mío, del cual
igualmente no me moveré: sólo aceptaré, y únicamente aceptaré, la Voluntad
de los Dioses ! ¡Que Ellos decidan!
Lógicamente, no propongo una “Prueba de Dios”, una Ordalía, para
averiguar la Voluntad de los Dioses. Porque sí hay algo en lo que estoy dispuesto
a confiar; y es en tu Honor, en el Honor de tu Espíritu Eterno. Y tú puedes hablar
con los Dioses por medio de la facultad Scrotra Krâm, aunque estoy seguro
que por empecinado nunca la habrás empleado desde que cayó el Tercer Reich.
Pues bien ¡habla con los Dioses, con el Capitán Kiev, y consulta sobre nuestro
futuro, pregunta concretamente cuáles son los pasos que debemos dar! Sea cual
fuere la respuesta que Ellos te ofrezcan Yo la aceptaré. Y la aceptaré de ti:
creeré en lo que tú me digas.
En realidad en lo que Yo confiaba era en que el Honor de tío Kurt le
impidiera engañarme. Y si, pese a todo, me engañaba, allá él: el Führer, que fue
quien le comunicó el Scrotra Krâm, se encargaría de él. Más que persuadirlo
715