Page 717 - El Misterio de Belicena Villca
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momentáneamente en seres humanos, ofreciendo un punto débil en su
Estrategia: ahora podemos atacarlos en su debilidad humana como Ellos
nos atacaron a nosotros.
¿Qué ganaríamos si, como tú dices, finalmente “los Inmortales no
pueden morir” ? Vista la cuestión así, como tú la solucionas, es decir desde los
principios, en caso de quitarles la vida humana sólo conseguiríamos
desencarnar sus Almas Inmortales. Esto es: conseguiríamos nada. Pero creo que
no es así como debe responderse a la cuestión pues al aferrarse a un único
principio se están dejando de lado otros principios, tan importantes como ése de
la Inmortalidad del Alma, que si se consideran pueden brindarnos ventaja
estratégica relativa . Concretamente, me refiero al principio del miedo, ya
expuesto, y al “efecto avalancha” que tiene lugar en el fenómeno terrorífico,
es decir, al pánico : como profesional de los fenómenos psíquicos, sé muy bien
que la sensación de miedo crece siguiendo una curva exponencial, que es
inversa a la curva volitiva; en un punto determinado, ambas curvas se cruzan y
entonces el miedo domina a la voluntad, o lo que es igual, la voluntad se debilita
frente a la fuerza instintiva, y sobreviene el pánico, durante el cual lo anímico
queda fuera del control racional, se vuelve irracional.
Mi teoría es la siguiente: Normalmente no tendríamos fuerza suficiente
para atacar a las Almas Inmortales Bera y Birsa y causarles el miedo que las
ponga en fuga. Anormalmente, Ellos se han situado en el plano de la Realidad
Humana, han encarnado en seres humanos, se han convertido en Sacerdotes:
Sacerdotes diabólicos pero seres humanos al fin, con su visión limitada por la
razón y por el instinto del miedo. Contra seres humanos, por más diabólicos
que sean, tenemos armas con qué luchar; y fuerza suficiente para causarles
un gran miedo; un miedo tal que se transforme en terror; un terror tal que
quiebre su orgullo satánico, su seguridad mágica de que no pueden ser
derrotados por seres humanos, y les infunda el pánico; un pánico tal que
deje a las Almas Inmortales Bera y Birsa instantáneamente fuera de control:
como en una avalancha, una pequeña fuerza inicial será amplificada en una
gran fuerza final; como en un pánico cósmico, un pequeño miedo inicial,
humano, será amplificado en un gran terror final, a nivel de las Almas
Inmortales.
Sabes lo que es el Tiempo, tío Kurt: pura ilusión. La única realidad del
Tiempo, en el plano del Creador del Tiempo, es el Principio y el Final del Tiempo,
que son idénticos. Y sabes lo que es la seguridad para el Mago: la fuente del
poder; el Mago no puede dudar ni una vez porque se corta su poder mágico; el
mago debe creer siempre que él es poderoso, a cada instante más
poderoso: ése es el “orgullo satánico”; un solo instante de duda y quedará
rota tal creencia, “quebrado el orgullo satánico”, perdida la evolución alcanzada
por causa de la consecuente caída metafísica. Y según mi teoría, si conseguimos
infundir ese instante de pánico a Bera y Birsa, ello equivaldrá a su propia
destrucción mágica y a su automática remisión al Principío del Tiempo por
causa de la pérdida de evolución instantánea . No sé si dos Almas Inmortales
evolucionadas como Bera y Birsa logren regresar de esa situación de total
involución. Mas, si hemos de aceptar la Sabiduría Hiperbórea, hay que recordar
que ella enseña que tanto al Principio del Tiempo, como al Final, se encuentra el
Mahapralaya, la No Manifestación o la Muerte Final de todo lo anímico. En el
Principio del Tiempo, Bera y Birsa tendrían así dos caminos: uno, no entrar en el
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