Page 75 - El Misterio de Belicena Villca
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La España del Alto Imperio Romano


                        Con los romanos la Casa de Tharsis tuvo un relativo buen pasar pues se la
                 consideró como una nobleza nativa aliada y se les restituyeron las funciones de
                 gobierno de la región, ahora provincia romana, sujetos a la ley de la República y
                 a la autoridad de un procónsul o propretor. La región de la antigua Tartessos,
                 entre los ríos Tinto y Odiel, quedó comprendida en la provincia de “Bética”,
                 denominada así por el río Betis, hoy Guadalquivir, que se extendía hasta el río
                 Anas, hoy  Guadiana, frontera de la Lucitanía; los romanos dieron a los tartesios
                 el nombre de “turdetanos” y a la tartéside el de “turdetanía”: en pocas décadas la
                 turdetanía se romanizó, el uso del latín se popularizó, y se constituyeron grandes
                 latifundios rurales, propiedad de los  gobernadores de provincia, magistrados, o
                 Jefes de ejército.
                        Hacia el siglo I A.J.C. la Casa de Tharsis se había emparentado con la
                 nobleza romana y era bastante poderosa en la Bética, una provincia que contaba
                 con 175 ciudades, muchas de ellas ricas y pujantes como Córduba (Córdoba),
                 Gades (Cádiz), Hispalís (Sevilla) o Malaca (Málaga). Sobre la base de la
                 hacienda cedida por los cartagineses y las restituciones hechas por los romanos,
                 los Señores de Tharsis desarrollaron una  Villa romana rústica, edificando una
                 Residencia Señorial y ensanchándola con la adquisición de grandes extensiones
                 de campos para cultivo; cereales, olivos, y vides, integraban la principal
                 producción, además de algunos minerales  que aún se explotaban  en la sierra
                 Catochar. Cabe aclarar que los romanos la catastraron como “Villa de Turdes” y
                 que sus moradores fueron llamados “Señores de Turdes” mientras gobernó el
                 Imperio Romano, aunque yo los seguiré mencionando Señores de Tharsis para
                 mantener la continuidad del relato.
                        Como todas las familias de terratenientes hispano romanos poseían una
                 vivienda en la Ciudad donde permanecían la mayor parte del año; sin embargo,
                 siempre que podían, preferían retirarse a la finca campestre pues su mayor
                 interés era estar cerca de la Caverna Secreta.
                        Los Golen no tenían ninguna posibilidad de influir sobre la población
                 romana y su poder sólo se conservaba  intacto en la Lusitanía, en algunas
                 regiones de la Galia, en Britania e Hibernia. Después de las campañas de Julio
                 César, este poder pareció decrecer completamente y, durante un tiempo, se
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