Page 79 - El Misterio de Belicena Villca
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transcurría, la Muerte se avecinaba sin que Navután consiguiese comprender su
                 secreto. Al fin, ya agonizante, el Gran Jefe Blanco cerró su único ojo, que
                 mantenía fijo en la Ilusión del Mundo, y miró hacia el Fondo de Sí Mismo, en una
                 última y desesperada reacción para salvar la vida que se apagaba sin remedio. Y
                 en la cima de Sí Mismo, en medio de la Negrura Infinita de la Muerte insinuada,
                 vio surgir una Figura Resplandeciente, un Ser que era Pura Gracia: se trataba de
                 Frya, la Alegría del Espíritu, su Divina Esposa del Origen que acudía en su
                 auxilio.
                        Cuando Navután abre nuevamente su ojo, Frya sale por él y se interna en
                 el Mundo del Gran Engaño: va a buscar el secreto de la Muerte para salvar a su
                 Esposo agonizante. Sin embargo no logra conseguirlo y el tiempo se acaba
                 inexorablemente. Al fin, sin desesperar, Frya se  dirige a Hiperbórea para
                 consultar a los Dioses Liberadores; Ellos le aconsejan buscar a un Gigante
                 bicéfalo que habita en un Mundo situado bajo las raíces del Arbol del Terror y que
                 ejerce el oficio de clavero: a ese Gigante debe robarle la Llave Kâlachakra, pues
                 en ella los Dioses Traidores han grabado el secreto de la Muerte. El Mito de los
                 Atlantes blancos es aquí muy complejo y sólo conviene mencionar que Frya,
                 transformada en Cuervo, desciende al Mundo del Gigante bifronte y le roba la
                 Llave Kâlachakra: mas, para conseguirla, ha tenido que convertirse en asesina y
                 prostituta; Frya, en efecto, quiebra con un golpe de su hacha la Llave Kâlachakra,
                 pero el paletón, al caer, se transforma en siete gigantes de siete cabezas cada
                 uno, quienes “duermen para que las Razas raíces vivan por ellos”; acto seguido,
                 y sin alternativas pues está urgida por el tiempo, Frya se viste con el Velo de la
                 Muerte que aquellos gigantes tienen sujeto con un lazo en cada cuello: luego los
                 despierta sucesivamente y se entrega a ellos como amante, pero
                 inexorablemente los va  decapitando en la culminación del orgasmo; y las
                 cabezas de los Gigantes, ensartadas en una cuerda o sutrâtma, forman el collar
                 de Frya Kâlibur, en el que cada cráneo representa un Signo del Alfabeto Sagrado
                 de la Raza Blanca. Por fin el Velo de la Muerte queda suelto y Frya, nuevamente
                 transformada en cuervo, regresa velozmente junto a Navután.
                        Pero ya es tarde: justo en el momento de llegar, Navután exhala el último
                 suspiro y su ojo se está cerrando para siempre. Frya comprende que será
                 imposible revelarle a Navután el secreto de la Muerte pues acaba de morir y ya
                 no podrá leer la Llave Kâlachakra. Y es así como, sin perder un instante, Frya
                 toma la decisión que salvará a Navután y a la Raza  blanca: se transforma en
                 Perdiz y penetra nuevamente en Navután. La Llave Kâlachakra debe dejarla
                 afuera, puesto que sólo Ella puede existir en el Fondo de Sí Mismo. Frya debe
                 revelar a Navután el Secreto de la Muerte, no sólo para lograr su resurrección,
                 sino también para que su Esposo lo comunique a los hombres; de otra manera su
                 inmolación habría sido en vano. Mas ¿cómo exponer a Navután el Secreto de la
                 Muerte sin la Llave Kâlachakra, sin mostrarle  ese instrumento del
                 encadenamiento espiritual, para su comprensión? Y Frya lo decide en ese
                 instante:  como perdiz, danzará el Secreto  de la Vida y de la Muerte.
                 Expresará, con la danza, la Más  Alta Sabiduría que le sea posible
                 comprender al hombre mortal desde Afuera de Sí Mismo.
                        Y Frya, danzando en el Fondo de Sí Mismo, revela a Navután el Secreto
                 procedente de Afuera de Sí Mismo. Y Navután lo comprende, se corta el hechizo
                 causado por el Fruto del Arbol de la Vida y de la Muerte, y resucita nuevamente
                 como inmortal. Y al bajar de su crucifixión en el Arbol, repara que su cuerpo se ha

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