Page 53 - Mitos de los 6 millones
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indispensable para mantenerle vivo. Finalmente, cuando se presentó ante el Tribunal, Pohl
                        admitio haber firmado un documento en el que se afirmaba haber visto personalmente una
                        cámara de gas en Auschwitz. Pohl relató las sevicias de que había sido objeto, y afirmo que
                        nunca hubieron cámaras de gas en Auschwitz ni en ninguna parte; Pohl fué condenado a
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                        muerte, sin más pruebas que una declaración jurada por escrito, arrancada bajo la tortura.
                        El caso de Pohl es todavia más escandaloso si se toma en consideración que fué el mismo
                        quien ordenó el procesamiento del Jefe del Campo de Buchenwald, Karl Koch, por dirigir
                        una banda de carceleros que practicaban la corrupción y colaboraban con ciertos presos en el
                        robo de paquetes de víveres de la Cruz Roja, que luego eran vendidos en el mercado negro.
                        Pohl respaldó en todo momento al Juez del Servicio Jurídico de las SS Konrad Morgen, que
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                        condenó a muerte a Koch.
                              Otro General de las SS. Erich von dem Bach-Zelewski firmó también una
                        declaración jurada en la que acusaba a Himmler de haber presidido y contemplado
                        personalmente el asesinato, por fusilamiento, de cien mil judíos polacos y rusoblancos, en
                        Minsk. En la declaración jurada de Von dem Bach-Zelewski incluso se afirmaba que
                        mientras Himmler permanecía impasible observando la macabra escena, Bach-Zelewski casi
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                        se desmayé . Examinemos muy seriamente esa declaración. Supongamos que esos
                        fusilamientos se llevaban a cabo por tandas de cincuenta personas. Nos parece que esa cifra
                        es incluso excesiva, pues al fin y al cabo, cincuenta personas alineadas para ser fusiladas
                        ocupan – teniendo en cuenta sus dimensiones y la separación entre cuerpo y cuerpo – unos
                        cincuenta metros, lo que parece más respetable para un campo de tiro. Pero en fin,
                        aceptemos los cincuenta fusilados por tanda Maravillémonos, de paso, de la borreguil
                        resignación de los destinados a ser fusilados, que ven como sus compañeros van siendo
                        ejecutados, impertérritos se presentan en el matadero. Pero sigamos. Para cargar el fusil,
                        apuntar, disparar, acercarse a los ejecutados, darles el golpe de gracia, retirarlos y traer otros
                        cincuenta presos, poniéndolos en formación para continuar el macabro juego hacen falta,
                        por mecanizados y eficientes que sean los ejecutores alemanes, no meflos de cinco minutos,
                        pero vamos a dejarlo en tres minutos, para lo cual hace falta una rapidez de película de
                        Charlot en la época del cine mudo. Pues bien, si Himmler contempló impasiblemente la
                        ejecución de los cien mil judios rusos y polacos, necesitó desperdiciar cien horas de su
                        tiempo, que nos atrevemos a suponer no podía malgastar, en época de guerra, por sádico y
                        demente que se le quiera suponer. El ser humano capaz de permanecer cuatro días seguidos –
                        aunque le traigan la comida sobre el terreno – sin dormir y escuchando el estruendo de
                        cincuenta disparos cada minuto y medio (conviene no olvidar los tiros de gracia)
                        sencillamente, no se ha inventado todavía. En 1959 Bach-Zelewski repudió sus acusaciones
                        ante un Tribunal de Alemania Occidental, manifestando que le fueron arrancadas por la
                        fuerza: había sido suspendido con correas que amarraban sus muñecas y apaleado con
                        bastones; había recibido innumerables puntapiés en los testículos, se le había amenazado
                        con entregar a su familia a los rusos y creía – no podía afirmarlo – haber sido drogado.
                              En capitán Dieter Wisliceny cayó en manos de los comunistas checos y fué
                        «interrogado hábilmente» en la cárcel comunista de Bratislava.Al cabo de un año de
                        «interrogatorios» Wisliceny – que había sido adjunto de Eichmánn – se convirtió en una
                        verdadera piltrafa humana. Firmó entonces un «affidavit» en el que se acusaba de genocidio

                        1   El Senador Norteamericano Joseph McCarthy declaró a la prensa que la condena de Pohl era una
                        ignominia y que el Tribunal no logró presentar una sóla prueba contra él (N. del A.)
                        2   La esposa de Koch fué condenada a muerte por los tribunales de Nuremberg, bajo la acusacion de
                        haber fabricado lámparas con piel de judíos. Pero el General en Jefe de las tropas de Ocupación
                        Americanas en Alemania, Lucius D. Clay, encontró tan absurda esa acusación que redujo su pena a
                        cuatro años de carcel. Intervino entonces el Rabino Stephen Wise, quien organizó tan bombastica
                        campaña de prensa que Ilse Koch fué procesada de nuevo, por el Gobierno de Alemania Federal, al salir
                        de prisión, y condenada a cadena perpetua. En 1967, se suicido, colgándose en su celda (N. del A.)
                        3   Willi Frischauer: «Himmler, Evil Genius of the Third Reich».

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