Page 58 - Mitos de los 6 millones
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Aqui, creemos que se impone otra pregunta: ¿No parece imposible que siete
                        millones de paseantes los muertos más los supervivientes no fueran vistos por la población
                        civil de media Europa? Y si fueron vistos ¿Cómo no se enteraron  los famosos servicios
                        secretos Aliados?
                              No puede calcularse el carbon y la electricidad despilfarrados en el paseo de siete
                        millones de judios a traves de Europa Pero solo suponiendo que desde el lugar de origen
                        hasta el de destino fueran en viaje directo. sin trans bordos lo que parece imposible pero
                        vamos a aceptarlo como hipótesis más favorable al punto de vista oficial fueron necesarios
                        no menos de 2.300 trenes de veinte vagones cada uno, suponiendo que en cada vagón de
                        mercancías se inquivieran 150 judios... lo que ya es aprovechar bien el espacio (!). Ademas,
                        debian instalarse, a lo largo del itinerario, cantinas provistas de alimentos y agua. con
                        personal para atenderlas. ¡Cuantas complicaciones y cuánto gasto. en plena guerra, y todo
                        para que el judio de Burdeos fuera a morir a Auschwitz!
                              ¡Auschwitz! Justamente, Auschwitz está muy cerca de Katyn, en cuyos bosques los
                        hombres de la N.K.W.D. dieron muerte. por el acreditado sistema comunista del tiro en la
                        nuca, a quince mil oficiales y suboficiales del Ejercito Polaco. Previamente les habian
                        hecho cavar sus propias fosas a las futuras victimas. Los nazis. que. ya no nos cabe la
                        menor duda. debieron de ser unos tontos de solemnidad, se habian olvidado de Paracuellos
                        del Jarama; al fin y al cabo habian ya transcurrido casi seis años y alli «sólo» mataron a
                        nueve mil personas. Pero lo de Katyn era reciente, para ellos, y habian restos de quince
                        mil, cada una con el tradicional tiro en la nuca. ¿Como no cayeron los nazis, con una
                        sencilla asociación mental de ideas, en el tiempo, el dinero, los hombres – guardianes,
                        carceleros, funcionarios – los trenes, los materiales de construcción para cárceles,
                        barracones, crematorios y cámaras de gas, que habrían ahorrado con la simple adopción del
                        sistema Katyn? Más sencillo todavía. El sistema Katyn como el sistema Paracuellos fue
                        llevado a la práctica en condiciones de extrema urgencia. Las tropas alemanas se
                        aproximaban y los quince mil oficiales polacos eran un lastre para los soviéticos. En tales
                        circunstancias, fue preciso que los muchachos de la N.K.W.D. gastaran quince mil
                        cartuchos alojados en otras tantas nucas polacas. Ahora bien: los alemanes tuvieron tiempo
                        de sobras para ejecutar a sus judios, de haberlo querido hacer: tuvieron seis años, si
                        contamos a partir del comienzo de las hostilidades, y doce, si contamos desde el momento
                        en que subieron al poder en Alemania. De manera que pudieron haber llevado a cabo la
                        «Operación Israel» sin gasto alguno. No hubieron sido precisos ni siquiera seis millones de
                        cartuchos – munición cuantitativamente importante y que les hubiera ido muy bien a los
                        sitiados de Stalingrado, por ejemplo – sino que les hubiera bastado con  seis millones de
                        martillazos en el occipucio. Tal vez las anteriores consideraciones pudieran parecer frívolas
                        a un observador causal, pero de lo que no puede haber duda es de que son lógicas dentro del
                        planteamiento oficial del problema de los Seis Millones. Es decir que si los nazis
                        ejecutaron a seis millones de judíos mediante procedimientos tan rebuscados y barrocos
                        como caros e ineficaces – pues todavía permitieron que se les escaparan con vida de medio
                        millón a un millón, según fuentes judías – tenian, forzosamente, que ser unos redomados
                        cretinos. Y si tal eran ¿qué calificativo aplicar a sus vencedores, que les superaban en
                        número y en materias primas, en una proporción no inferior al veinte por uno, y que para
                        vencerles necesitaron seis largos años de guerra sin cuartel y estuvieron ellos mismos al
                        borde de la derrota?
                              Más arriba mencionamos que el precio de costo de una incineración se halla sobre
                        las 2.000 pesetas. Hemos obtenido este dato del propio cementerio de la Almudena de
                        Madrid. Si convertimos esta cantidad en gasolina, tendremos que cada cuerpo precisa por lo
                        menos de cincuenta litros de combustible. Esta cantidad no resulta rara si tenemos en
                        cuenta el combustible que fue necesario para quemar el cuerpo de Hitler. Ciertamente, a un
                        gobierno en guerra el precio de cada incineración le resultará más bajo, pero igualmente le
                        resultaría más bajo el precio del combustible – a pesar de obtenerlo, Alemania, mediante la

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