Page 62 - Mitos de los 6 millones
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Lino de tales propagandistas es Olga Lengyel, que, en su libro, «Cinco
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                        Chimeneas»  comprobar los mas nimios detalles sobre las cámaras de gas y los
                        crematorios. Y afirma: «Desde 1941, hubo en servicio cuatro hornos crematorios. y el
                        rendimiento de esta inmensa planta de exterminación aumento extraordinariamente».
                                      «Trescientos sesenta cadáveres cada media hora, que era el tiempo que se precisaba
                                 para reducir la carne humana en cenizas, totalizaba 720 cadáveres por hora, osea 17.280 al dia.
                                 Y los hornos, con asesina eficiencia funcionaban dia y noche. Ademas, debemos tener
                                 igualmente presentes los «pozos de la muerte», inmensas piras que podían incinerar otros ocho
                                 mil cadáveres al día En números redondos, los nazis quemaban unos veinticinco mil cadáveres
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                                 diaríos.»
                              Bien. A efectos puramente polémicos, vamos a tomar como ciertas, como lógicas,
                        las palabras de la Señora Lengyel, aún cuando más adelante demostraremos la inexistencia
                        de esos «hornos gigantes». Ciñamonos, exclusivamente a la deposición de ese testigo, que
                        compareció citados por la acusación en varios procesos antinazis y su testimonio fué, muy
                        seriamente, aceptado por los respeptivos Tribunales.
                              Según la Señora Lengyel, hubo 25.000 cadáveres diarios. Eso totaliza, al año,
                        9.125.000. Olvidándonos del período transcurrido entre 1940, cuando empieza a funcionar
                        el campo de Auschwitz, hasta las supuestas instalaciones de los «cuatro nuevos hornos
                        gigantes», tendremos que la cifra de seis millones de judíos exterminados por los nazis es
                        falsa. Ya no se trata de seis millones, sino de ¡Treinta y seis millones y medio!...
                        sólo en Auschwitz. Una cifra que es superior al doble de la totalidad de la población judía
                        en el mundo, en 1939, según fuentes judías.
                              Insistimos en que el anterior cálculo sólo lo hemos hecho para demostrar una vez
                        más, la ligereza con que se citaban cifras ante los Tribunales y el desparpajo cón que éstos
                        las aceptaban. Un testigo que, bajo juramento, hubiera hecho tal deposición ante cualquier
                        Tribunal del Mundo, exceptuando Nuremberg, hubiera sido arrestado, en la sala, por orden
                        del Juez, por manifiesto perjurio.
                              Otto Hoppe, un guardián del campo de Dachau, estuvo en la cárcel, desde 1949, en
                        que fué condenado a cadena perpetua por «crímenes contra la Humanidad», hasta 1965. Sus
                        «crímenes contra la humanidad» consistían en haber dado muerte – según el testimonio de
                        varios judíos – a un tal H.S. De Griessen y a un antiguo miembro del Reichstag llamado
                        Asch. Huelga precisar que, según la Acusación,De Giessen y Asch eran judíos. Pero a
                        mediados de 1965 se descubrió que De Giessen estaba vivo y gozaba de excelente salud, y
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                        que el diputado Asch nunca existió.
                              Tal vez fué en el proceso de Frankfurt, incoado contra los guardianes del Campo de
                        Auschwitz, donde se batieron todos los records de maligna estupidez. El abogado defensór
                        fué amenazado por el Juez con ser llevado ante un Tribunal de «desnazificación» por osar
                        poner en duda la veracidad de las declaraciones de un testigo presentado por la Acusación;
                        dos testigos de la Defensa, Georg Engeishall y Jacob Fries, tras deponer en favor de los
                        acusados, fueron detenidos en plena Audiencia. Finalmente, a los acusados no se les
                        permitía hablar; sólo podían hacerlo cuando les interrogaba el Juez o la Acusación, y no se
                        les permitían más respuesta que «sí» o «no».
                              Fué, precisamente el Proceso de Frankfurt contra los guardianes del campo de
                        Auschwitz el que superó todas las cotas de parcialidad por parte del Tribunal. Como ya se
                        había demostrado, por organismo de indudable «cachet» democrático, que en toda Alemania
                        no existieron, jamás, cámaras de gas, los mantenedores del Fraude de los Seis Millones se
                        aferraron desesperadamente a la tesis de que tales cámaras existieron y funcionaron sólo en
                        siete campos, ubicados en Polonia, el principal de los cuales era, con mucho Auschwitz.
                        1   Olga Lengyel: «Five Chimneys», Panther Books, Londres, 1959.
                        2   Id., p. 80-81.
                        3   «Europe Action», Coburg, 20–IX–1965.

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