Page 71 - Mitos de los 6 millones
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judios, pero también de alemanes, con el agravante de que estos murieron, no en tiempo de
guerra – la cual puede explicar, sino justificar, muchas cosas – sino en tiempo de paz.
El mito de Ana Frank
Fue precisamente en el campo de concentración de Bergen-Belsen donde, en marzo
de 1945, se dice que murió la niña judía Ana Frank. El libro que cuenta los horrores de su
historia concentracionaria apareció en 1952, con el título «Diario de Ana Frank»,
convirtiéndose inmediatamente en un «best-seller». Desde entonces se han hecho, sólo en
lengua inglesa, cuarenta y dos ediciones y una película en Hollywood. El padre de la niña,
Otto Frank, en royaltyes sólo, por la venta del libro, ha hecho una fortuna. También ha
ingresado mucho dinero por los derechos sobre la película y las versiones teatrales que se
han hecho en numerosos idiomas. Esta fortuna la ha amasado, no lo olvidemos, gracias a la
venta de un libro que cuenta la historia de la – se asegura – tragedia real de su hija. Según
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afirma, atinadamente, el escritor inglés Harwood, «...apelando directamente a la emoción
del público, el libro y el film han influenciado literalmente a millones de personas,
ciertamente a muchas más que cualquier otra historia de esa clase. Y, no obstante, sólo
siete años después de su publicación inicial, la Corte Suprema del Estado de Nueva York
estableció que el libro era un fraude».
La verdad sobre el Diario de Ana Frank fue revelada, en primer lugar, por el
periódico sueco «Fria Ord», en 1959, en una serie de artículos diarios aparecidos en marzo.
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En abril de aquel mismo año, la revista americana «Economic Council Letter» resumió
los artículos de su colega sueco, con la siguiente gacetilla: La Historia nos proporciona
muchos ejemplos de mitos que tienen una vida más rica y más larga que la verdad, y que,
sin duda, pueden llegar a ser más efectivos que la verdad.
«El Mundo Occidental, durante varios años, ha podido enterarse de las vicisitudes de
una niña judía, a través de lo que se ha afirmado que fue su diario personal, personalmente
escrito por ella Pero ahora, una decisión de la Corte Suprema del Estado de Nueva York nos
informa de que el escritor judeo-americano, Meyer Levin, ha recibido, o deberá recibir, por
orden del juez, la suma de 50.000 dólares que deberá pagarle el padre de Ana Frank, en
concepto de honorarios por el trabajo de Levin en el libro titulado precisamente El Diario de
Ana Frank».
Una triste historia, en verdad. Un señor se hace millonario gracias a una
lacrimógena historia, que dice haber escrito su hija, muerta. Luego para pagar al autentico
autor de la historia tiene que ser llevado a los tribunales. Y, por favor, que no se diga que
todo esto es una maquinación antisemita. Si el demandado, y condenado a pagar, Otto
Frank, era judío, también lo eran el demandante, el autor Meyer Levin, así como el Juez,
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Samuel L. Coleman.
Naturalmente, que el Diario de Ana Frank es una farsa, destinada a formar parte del
arsenal ideológico de los mantenedores del mito, lo saben muchas personas – aparte, claro
es, de los beneficiarios del Gran Fraude de los Seis Millones – pero la gran masa del
público lo ignora. Y no obstante, como fraude, es de los más burdos que se han llegado a
concebir y su éxito hace dudar muy seriamente por lo menos. dudar de la capacidad mental
1 Richard Harwood: «Did Six Millions Really Die?»
2 «Economic Council Letter», New York, 15-4-59.
3 Lo referente al caso Weyer Levin Otto Frank está archivado en la Oficina del Condado de Nueva
York (New York County Clerk’s Office), con el número 2241.1956, y también en el «New York
Supplement, II Serie 170, y en 5, II Serie 181. Otto Frank apeló contra la cuantía de la sentencia,
alegando vicio de forma en la demanda. Le fue dada razón. La sentencia fue casada, y todo terminó en
un arreglo amigable entre el padre de Anna Frank y el autor de «su» libro, Meyer Levin. Así obtuvo Otto
Frank una rebaja en la cifra a pagar (Harwood, op. cit.).
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