Page 84 - Mitos de los 6 millones
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del ghetto de Varsovia y el atentado contra Heydrich, sino por las actividades de los diversos
movimientos de resistencia, en las que los judíos, por propia confesión, eran legión. De
manera que, desde esta perspectiva, es evidente que los «Einsatzgruppen» debieron ejecutar a
muchos judíos y, naturalmente, a muchos no-judíos. La cifra máxima de judíos partisanos
ejecutados por el Einsatzkommando es de 90.000, que nos parece elevadísima, y que
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procede de fuentes judías. Esa es la cifra máxima dada por judíos, que, como de costumbre
– excepto en el total funesto de los Seis Millones – difieren enormemente entre. si.
Montgomery Belgion, norteamericano, supone que los judíos que debieron perecer a manos
de los Einsatzgruppen fueron unos 15.000, aproximadamente, aún cuando afirma que el
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cálculo es difícil y arriesgado.
No obstante, el papel de los Einsatzgruppen como luchadores contra las guerrillas
fue aprovechado por los partidarios del Gran Fraude para atribuirle, otra vez, una «doble
interpretación». Lós Einsatzgruppen debían luchar contra los guerrillerospero, además,
debían exterminar a todos los judíos que encontraran, guerrilleros o no.
Parece contrario al simple sentido común que una fuerza especializada de sólo 3.000
hombres actuando en la inmensidad de la estepa rusa debiera dedicar una parte de su tiempo
a objetivos no militares. Para ese menester lo lógico hubiera sido emplear tropas regulares,
o de policía, pero no unidades especiales de primer rango cuyo concurso era requerido a cada
instante. Pero aún hay más: el modus operandi de los Einsatzgruppen no poseía la práctica
sencillez que los genocidas de Katyn o de Paracuellos del Jarama inmortalizarían. Los
Einsatzgruppen debían operar, como parece preceptivo en el esquema del Gran Fraude,
según el varias veçes aludido estilo de Fantomas. Los judíos no eran exterminados a tiros –
lo más lógico – ni a garrotazos – lo más barato – ni poniéndoles grilletes en los tobillos y
hacerles cultivar patatas hasta la extenuación física – lo más económico – . No, señor. Los
judíos eran gaseados dentro de unos artefactos semovientes, inventados por los alemanes,
llamados «Gasmobiles», según versión rusa. Los «gasmobiles»(literalmente, carromatos
del gas) eran unos vehículos que llevaban anexa una instalación de gas qué servia para
asfixiar a los judíos que habían sido previamente introducidos. Naturalmente, no se ha
encontrado ningún «Gasmobile»; los alemanes «los destruyeron todos para evitar que se
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utilizaran como pruebas contra ellos».
No se han encontrado órdenes escritas para exterminar a los judíos. No se han
encontrado porque no las hubo. Los mismos soviéticós afirman que las ordenes eran
siempre orales. Lo que si se han encontrado son documentos e informes del Einsatzgruppen
informando a Himmler de las actividades contra los guerrilleros, así como del asesinato de
numerosos judíos no guerrilleros. No obstante, las hojas de los informés en que se habla de
la lucha antiguerrillera están firmadas, pero las hojas en que se habla de la ejecución
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indiscriminada de judíos no estan firmadas. ¿Hacen falta más pruebas de que tales
informes han sido cuidadosamente ampliados por las necesidades de la Causa?
Si es altamente improbable que los Einsatzgruppen tuvieran una doble misión (la
clásica doble interpretación de los hechos, sugerida por los autores del Gran Fraude) no lo
es tanto que las tropas regulares de la Wehrmacht debieran desempeñarla. Pero no
consistente en liquidar judíos civiles, sino en impedir que las poblaciones autóctoñas
liquidaran precisamente a judíos civiles. Cuando los alemanes se internaron en territorio
soviético, la mayoría de los judíos se retiraron hacia Moscú, acompañando al ejército
soviético. Pero es, también, desgraciadamente cierto, aunque no demasiado mencionado por
las grandes agencias informativas, que muchos miles de judíos que emigraron rapidamente
1 Id.
2 Montgomery Belgion: «Victor's Justice».
3 Alexander Soljenitsyn menciona en «El Archipiélago Gulag», el caso del soldado alemán Jupp
Aschenbrenner, a quien los rusos forzaron bajo tortura a firmar una declaración en la que confesaba
haber trabajado como chófer de un «Gasmobile». (N. del A.)
4 Gerald Reitlinger: «The Final Solution».
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