Page 90 - Mitos de los 6 millones
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Frédéric Siordet, hace constar, al principio del Rapport, que se ha redactado inspirándose en
                        principios de una estricta neutralidad política, siguiendo la tradición de la Cruz Roja, y es
                        ahí donde se halla su gran valor. En Comité Internacional de la Cruz Roja consiguió hacer
                        aplicar las convenciones militares de Ginebra, de 1929, para poder visitar a los detenidos
                        civiles de los campos de concentración alemanes tanto de Europa Central y Occidental,
                        como de Europa Oriental: en otras palabras, el C.I.C.R. pudo visitar tanto los campos en
                        que luego se reconoció que nunca hubieron «cámaras de gas» (Dachau, Belsen, Dora,
                        Oranienburg, Buchenwald, etc.) como los que se afirmó que las hubo, especialmente
                        Auschwitz. Huelga decir que el C.I.C.R. visitó regularmente los campos de concentración
                        que, en un principio se reservaban a prisioneros de guerra, y ello tanto en Alemania y las
                        zonas de nuestro continente ocupadas por Alemania y sus aliados, como en la Gran Bretaña.
                        En cambio, no le fué posible actuar de igual modo en la Unión Soviética, toda vez que ese
                        país nunca ratificó los acuerdos de la Convención de Ginebra. Los millones de prisioneros
                        civiles y. militares de la Unión Soviética, cuyas condiciones de vida eran, cual es público y
                        notorio, las más penosas de todos, sin comparación alguna, estaban completamente
                        desconectados del mundo exterior, no podían solicitar el amparo, ni siquiera teórico, de
                        ningún control internacional y vivian en condiciones infrahumanas.
                              El Rapport es importantísimo porque, para empezar, aclara las circunstancias
                        legitimas de la detención de judíos en los campos de eoncentración, como ciudadanos de un
                        país enemigo. Al describir las dos categoría de civiles internados, el Rapport califica al
                        segundo tipo como «civiles deportados por razones administrativas». La expresión alemana
                        es más exacta que la del texto francés del Rapport. Los alemanes lo llamaban
                        Schutzhaftlinge, es decir, detención preventiva, refiriéndose a individuos que habían sido
                        internados por motivos politicos o raciales, porque su presencia era considerada como un
                        peligro en potencia para el Estado o para la tropa de ocupación.
                              El Rapport reconoce que los alemanes fueron, al principio, algo reticentes en
                        permitir a la Cruz Roja entrevistarse con personas internadas por razones de seguridad del
                        Estado (es decir, en un 98 %, judíos), pero afirma que a partir de Julio de 1942, el C.I.C.R.
                        obtuvo concesiones muy importantes de los alemanes. Se permitió al C.I.C.R. que
                        distribuyera víveres en los grandes campos de concentración a partir del siguiente mes, es
                        decir, de Agosto de 1942. Esta concesión fué extendida a todos los campos a partir de
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                        Febrero de 1943.   El C.I.C.R. estableció rápidamente contacto con los comandantes de los
                        respectivos campos de concentración y puso en marcha un programa de envíos de víveres
                        que funcionó regularmente hasta los últimos meses de la guerra, en 1945, y de ello dan fé
                        las numerosas cartas de agradecimiento escritas por miles de judíos detenidos en esos
                        campos.
                              El Rapport del C.I.C.R. menciona que «se enviaban 9.000 paquetes dianos. A
                        partir del Otoño de 1943, y hasta Mayo de 1945, se mandaron aproximadamente 1.112.000
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                        paquetes de vituallas, con un peso total de 4.500 toneladas.   Además de los paquetes de
                        víveres, se mandaron paquetes conteniendo productos farmaceuticos y vestidos. «Se
                        mandaron  expediciones  a  Dachau,  Buchenwald,  Sangerhausen,  Sachsenhausen,
                        Oranienburg, Flossenburg, Landsbergam,  Lech,  Floha,  Ravensbrück,  Hamburg-
                        Neuengamme, Mauthausen, Theresienstadt, Auschwitz, Bergen-Belsen y a otros campos
                        situados en el centro y sur de Alemania y en las cercanías de Viena. Estos paquetes estaban
                        destinados sobre toda a judíos belgas, holandeses, franceses, italianos, griegos, polacos,
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                        noruegos y apátridas».  Estas mercancias habían sido recogidas o compradas por diversas
                        organizaciones judías de beneficiencia en todo el mundo, y muy especialmente por el


                        1   Rapport del C.I.C.R.. – Volúmen III, p.78.
                        2   Id., Volumen III, p. 80.
                        3   Id., Vol III, pág. 83.

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