Page 93 - Mitos de los 6 millones
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Rapport en tres volumenes, con un total de 1.630 páginas de documentos oficiales
demuestra que los delegados del C.I.C.R. no encontraron ningúna prueba, en los campos de
concentración de Alemania y de los países ocupados o bajo su área de in. fluencia, de una
política oficial, extra-oficial y deliberada de exterminio de los judíos. En ninguna de las
1.630 páginas se habla de cámaras de gas, ni de otros crematorios que los convencionales,
destinados a incinerar cadáveres. El Rapport reconoce que los judíos, como muchos otros
pueblos en el curso de la guerra, sufrieron privaciones y que la vióa en los campos de
concentración, sobre todo en los últimos meses, fué penosa, pero el silencio total sobre
una política deliberada de exterminio, refuta, por si sólo, la fábula de los Seis Millones.
El Volumen III del Rapport trata extensamente de la ayuda «prestada a los judíos de
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la población libre». Se demuestra sin resquicio alguno a la duda razonable que no todos
los judíos fueron internados en campos de concentración, sino que muchos miles de ellos,
en ciertas zonas, permanecieron mezcladas con la población civil, aún cuando estuvieron
sometidos a determinadas restricciones.
En Eslovaquia, por ejemplo, estuvieron casi todos libres, en un regimen parecido al
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de la «libertad vigilada». En ese país actuaba el adjunto de Eichmann, Dieter Wisliceny, y
los judíos que fueron enviados a campos de concentración sólo fueron los participantes en
acciones de sabotaje y los afiliados a los partidos marxistas. Esta situación se prolongó
hasta Agosto de 1944, en que se produjo un conato de sublevación contra el regimen del
Padre Tisso, aliado de Alemania; en esa sublevación los judíos eslovacos tomaron parte
casi en masa y entonces, salvo raras excepciones, los judíos fueron internados en campos de
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concentración. Entre los tres millones o tres millones doscentos mil judíos que, según
demostrado en el epígrafe «Los derechos de la aritmetica» se hallaban en Europa, en
el curso de la guerra, en territorio controlado por Alemania, hubo no sólo muchos que no
fueron internados y otros muchos que tomaron parte en los movimientos de partisanos,
sino que además una parte de ellos pudo emigrar en el curso de la contienda, generalmente
yía Hungría, Rumania y Bulgaria, hacia Turquía Europea. Esta emigración a partir de los
territorios ocupados por los alemanes fué facilitada igualmente por el Reich. Es curioso el
cáso de los judíos polacos que llegaron a Francia antes de la ocupación de este país. «Los
judíos de Polonia que, hallándose en Francia, habían obtenido varias visados de entrada en
los Estados Unidos, fueron considerados ciudadanos americanos por las autoridades
alemanas de ocupación, que aceptaron ulteriormente reconocer la validez de unos tres mil
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pasaportes entregados a judíos por determinados consulados de países de América Latina» :
Como futuros ciudadanos americanos, estos judíos fueron internados en el campo de Vittel
reservado a ciudadanos americanos cuya presencia se consideraba «non grata» en la Francia
Ocupada. Muchos de estos ciudadanos americanos eran, también, de origen racial judío.
La emigración de los judíos europeos a partir de Hungría, en especial, con–tinuó en
el curso de la guerra, sintrabas por parte de las autoridades alemanas. «Hasta Marzo de
1944, los judíos que tenían el privilegio de haber obtenido visados ingleses para ir a
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Palestina fueron autorizados a abandonar Hungría, en dirección a Estambul».
1 Rapport del C.I.C.R. Vol I, cap. 3-1.
2 Capturado por los comunistas checos fue «interrogado» en la prisión de Bratislava, donde, en
Noviembre de 1946 firmó unas «confesiones» al estilo soviético, incriminandose a si mismo y a
numerosos jerarcas nazis. Estas confesiones están, insólitamente, escritas en inglés y hablan de que la
ocupación de Polonia incrementó en tres millones la cifra de judíos bajo control nazi – tesis comunista
tiempo ha refutada – lo que da un indicio clarísimo de la identidad de los autores de su «confesión»
(N.del A.)
3 Rapport del C.I.C.R., Vol. I, pág. 646.
4 Id., p. 645.
5 Id., p. 648.
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