Page 97 - Mitos de los 6 millones
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cuatrocientas mil personas, con todos los problemas que tal canje llevaba aparejados, los
nazis no consideraron oportuno acreditar ni si–quiera a un Coronel. Bastó con un Teniente
Coronel. El Teniente Coronel Eichmann, un obscuro y desconocido subordinado.
Sorprendente. ¿No?..
El documento Gerstein, summun de la impostura
–
La única «prueba» de que en los campos del Este en Polonia – , es decir, a parte
de Auschwitz, Treblinka, Maidanek, Chelmno, Belzec y Sobibor, existieron «cámaras de
gas» laconstituyen las notas autografiadas de Kurt Gerstein, Jefe del Servicio de
Desinfección de la Oficina de Higiene de las SS. Hay dos versiones de lo que sucedió con
este hombre. Una de ellas pretende que, capturado por los americanos en la Selva Negra,
cerca de la ciudad de Rottweil, fué sometido a interrogatorio, tras el cual redactó sus
célebres notas, por cierto en inglés. La otra versión pretende que se entregó a los franceses,
y que en la prisión militar de Cherche-Midi, en París, redactó sus confesiones, en alemán.
Sea como fuere, hay tres series de documentos Gerstein, una en inglés con modismos
americanos, y otras dos en alemán. Luego, Gerstein pareció desvanecerse. Desapareció. Se
dijo que los polacos le habían ahorcado.
Los documentos Gerstein pretenden que cuarenta millones de personas fueron
gaseadas en el curso de la guerra; pero enseguida en sus propias notas se corrige la cifra,
dejándola en veinticinco millones. Nuevas reducciones en su tercera nota, escrita en alemán,
esta vez, dejando la cifra definitiva en veinte millones y pico (sin precisar la cuantía del
«pico»). La autenticidad de estas notas pareció sumamente dudosa al Tribunal Internacional
de Nuremberg – a pesar de la reconocida manga ancha de tal Tribunal en la aceptación de
pruebas – que las rechaió.
Las notás de Gerstein iban acompañadas de unas facturas relativas a la compra de
insecticida Zykion B por. la administración de los campos a la firma DEGESCH. Este
insecticida estaba destinado, según el inaprehensible Gerstein a asfixiar a los judíos de los
campos de concentración.
A pesar de que el documento Gerstein fué rechazado, es decir, considerado apócrifo,
hasta el inefable Tribunal de Nuremberg, continúa circulando en sus tres versiones, una
inglesa y dos alemanas. Esas versiones difieren considerablemente entre si. La versión
alemana, que sirvió de prueba en el Proceso de Jerusalén contra Eichmann.
Lo más inaudito de estos documentos es que, pese a todo, hayan sido tomados en
serio, no ya por el Tribunal de Jerusalén, que no se preocupó poco ni mucho de disimular
su carácter de linchamiento legal, sino por las autoriddes educativas de la República Federal
Alemana, que los ha distribuido como texto de lectura en las escuelas.
En verdad; el estado de Alemania Occidental, habrá llegado, en su complaciente
masoquismo, a limites inalcanzables, jamás, por cualquier colectividad humana. Una cosa
son las exageraciones chauvinistas a la francesa, el «national pride» inglés y los
hipernacionalismos que justifican cualquier exacción en nombre del patriotismo. Y otra
cosa, muy distinta es la abyecta complacencia en las propias culpas, reales o inventadas,
esa sodomía espiritual, ese inmundo retorzar en la propia degradación. Creemos que ha
llegado el momento de detenernos, aunque sea brevemente, a estudiar el extraño fenómeno
del comportamiento oficial de la República Federal alemana con respecto al Fraude de los
Seis Millones. Es imprescindible que lo hagamos para proyectar un rayo de luz sobre una
oscura parcela de la moderna historia europea Dos alemanias igual a cero
alemanias.
Reza un conocido adagio jurídico que «a confesión de parte, exclusión de prueba».
En otras palabras, quien reconoce su propia culpabilidad, se condena sin necesidad de que se
aporten pruebas. La prueba suprema la constituye la propia confesión. Requisito
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