Page 101 - Mitos de los 6 millones
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Así como la Propaganda se basa en la sistemática repetición de un tema o siogan
hasta introducirlos, según frase de Le Bon, como una verdadera violación mental, en el
cerebro de los individuos masificados, la Investigación Histórica no puede basarse más que
en pruebas documentales. Paul Rassinier, detenido por la Gestapo por haber participado en
acciones de la Resistencia Francesa e internado en Dora y en Buchenwald – donde contrajo
el tifus – estudió todo lo que sobre los Campos de la Muerte se publicó, demostrando su
total falsedad. En un mitin público y contradictorio celebrado en la Sala Pleyel, de Paris,
demostró que mentía al orador, el judío y comunista David Rousset, quien afirmó que había
estado en Buchenwald y había visto una cámara de gas en acción. Rassinier demostró luego,
en su libro «La Mentira de Ulyses», que el relato de Rousset sobre Buchenwald, era una
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superchería. Más adelante, la célebre declaración del Instituto de Historia Contemporanea
de Munich, pondría fin al debate. Rassinier interpeló también al abate Renard que afirmaba
lo mismo respecto a Buchenwald y Dachau. Es curioso porque este sacerdote ultra-
izquierdista es el único personaje no judío que afirma haber visto «cámaras de gas». No
obstante, ante el acoso se Rassinier, Renard debió reconocer que lo manifestado en su
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libro se basaba en «lo que otras personas le habían ,dicho...» Cuando Rassinier le pidió
la identidad de tales personas, el buen abate manifestó no acordarse. También interpeló
Rassinier a la hebrea francesa Denise Dufournier, miembro del Partido Comunista, que
había estado en el campo de concentración de Ravensbrück, escapando, según ella,
milagrosamente, a la muerte. Rassinier disecó el libro de la Dufournier, relato esperpéntico
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sin la sombra de una sola prueba. Según la ex-detenida judía Charlotte Bormann, los
rumores sobre la existencia de una supuesta «cámara de gas» los hacían correr las detenidas
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miembros del Partido Comunista. Tales rumores eran «invenciones puras y simples».
Charlotte Bormann seria expulsada del Partido Comunista e incurriría en las iras de sus
correligionarios; además, no se le permitiría prestar testimonio en el proceso de Rastadt
contra los guardianes del Campo de Ravensbrück, la mayoría de los cuales fueron
condenados a muerte por las autoridades francesas bajo los cargos de haber gaseado a
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internados judíos.
Rassinier desafió también a los autores hebreos Philip Friedman y Eugene Kogon a
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que demostraran las imputaciones contenidas en sus libros según las cuales los nazis
habían gaseado a dos millones de judíos en Auschwitz (Friedman) o a tres millones y
medio (Kogon). El sólo hecho de que de uno a otro autor haya una diferencia del 75 por
ciento ya debiera suscitar serias dudas sobre la credibilidad de ambos, testigos presenciales
de los hechos, según aseguran muy seriamente en sus obras.
Cuando Rassinier les interrogó públicamente, a través de una carta abierta publicada
por varios periódicos franceses, resultó que ni Friedman ni Kogon habían visto jamás, con
sus propios ojos, ninguna «cámara de gas»; y ni Friedman ni Kogon podían presentar un
sólo testigo ocular que jurara que había visto una «cámara de gas». Kogon aseguró, no
obstante, que una ex-detenida, Janda Weiss, le había dicho que, en. una ocasión había visto
una de tales «cámaras», por habérsela enseñado los alemanes. Cuando Rassinier solicitó
interrogar a la tal Janda Weiss resultó que ya había muerto, y cuando. insistiendo, trató de
1 David Rousset: «The Other Kingdom».
2 Jean-Paul Renard, «Chaînes et Lumières».
3 Denise Dufournier: «Ravensbruck, the Women’s Camp of Death».
4 Charlotte Bormann: «Die Gestapo Lasst Bitten».
5 También fué expulsada del Partido Comunista su correligionaria Margarete Buber, por haber osado
escribir («Under Two Dictators») que los campos de concentración alemanes reunían mucho mejores
condiciones que los soviéticos. La Buber estuvo, en tiempo de paz, internada en un campo soviético
acusada de «trotzkysmo».
6 Philip Friedman «This was Auschwitz: The Story of a Murder Camp»; Eugene Kogon: «The Theory
and Practice of Hell».
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