Page 94 - Mitos de los 6 millones
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Incluso después de la caída del régimen de Horthy y su substitución por el de
Szallasi la emigración de los judíos continuó. El C.I.C.R. recibió un mensaje personal del
Presidente Roosevelt en el que se especificaba:
«El Gobierno de los Estados Unidos reitera expresamente que hará todo lo necesario
para ocuparse de todos los judíos que están siendo autorizados a partir enlas actuales
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circunstancias».
Un hecho que ilustra claramente la profundidad del lavado de cerebro colectivo a que
se ha llegado en nuestra triste época es que un documento de especialistas, como el Rapport
de la Cruz Roja, sea prácticamente ignorado por el gran público, mientras la lacrimógena
impostura del Mito de Anna Frank haya alcanzado alguna notoriedad mundial y hasta haya
sido impuesto como libro de texto obligatorio en varios «lander» de la muy democrática
República Federal Alemana.
El judío americano William L. Shirer, que pasa por un historiador serio, asegura
que en el Verano de 1944, unos 300.000 judíos húngaros fueron exterminados, en un lapso
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de 46 días. Esto hubiera constituido aproximadamente el 80 por ciento de la población
judía de Hungría, cuyo total era 380.000 pts. Pero de acuerdo con la Oficina Central de
Estadística de Budapest, en 1945, es decir, bajo control comunista, habían, entonces, en
Hungría, 260.000 judíos. Esta cifra se aproxima mucho a la de 240.000 que, según la
entidad judía Joint Distribution Committee, de Nueva York, era el número de judíos que se
encontraban en Hungría al final de la guerra. Si tomamos como cierta la cifra de la Oficina
Central de Estadística, sólo quedaban unos 120.000 judíos clasificados como «no
residentes» en el país. De estos 120.000, una cifra no inferior a 35.000 eran emigrantes que
al instalarse el régimen comunista prefirieron pasar a Austria, y otros 25.000 continuaban,
de momento, retenidos en Rusia, como integrantes de batallones de trabajo al servicio de
los alemanes. Estos 25.000 judíos tardarían todavía unos seis meses en volver a Hungría.
De las anteriores cifras se deduce que faltaban, en la cuenta, unos 60.000 judíos, si
tomamos como ciertos los datos de la Oficina Central de Estadística, y 80.000 si hacemos
casp de los datos de la «Joint». Pero Reitlinger cita al demógrafo judío M.E. Namenyi que
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afirma que unos 60.000 judíos regresaron de su deportación en Alemania. Reitlinger
encuentra esa cifra algo excesiva. Tal vez lo sea, pero si tenemos en cuenta que, según el
citado Rapport del Comité Internaçional de la Cruz Roja hubo una emigración substancial
de judíos húngaros en en curso de la contienda, el número de bajas de la Judería Húngara
debe haber sido muy bajo. En efecto, si Namenyi tiene razón, y si partimos de la base que
las cifras correctas son las de la Oficina Central de Estadística, las tajas de la Judería
Húngara fueron prácticamente inexistentes. Si quien tiené tazón es el «Joint», las bajas
fueron 20.000. Personalmente nos inclinamos por esa segunda alternativa, que supondría
una mortalidad del 5 por ciento aproximadamente. Ese 5 por ciento, naturalmente, se refiere
a judíos muertos por todos los conceptos, incluyendo acciones armadas y sabotaje. Debe
tenerse bien presente, por ejemplo, que los judíos abundaban en el titulado «Ejercito de
Liberación» que, bajo auspicio soviético, invadió Hungría a finales de 1944. La cifra parece
relativamente moderada, dadas las circunstancias, y, por supuesto, no guarda relación alguna
con las cifras dadas por publicistas e historiadores judíos mantenedores del Mito, como
Hilberg, Poliakov, Davidowicz, Kogon et alía. Es curioso que la Judería Húngara esté en
vanguardia de las quejas contra Alemania y los gobiernos húngaros que con ella se aliaron,
por la sencilla razón de que, cuantitativamente, es de las que menos sufrió, si tenemos en
cuenta que, según los datos más arriba estudiados, sus pérdidas se cifraron entre un 0 y un
1 Id., p. 649.
2 William L. Shirer: «The Rise and Fall of the Third Reich».
3 Gerald Reitlinger: «The Final Solution», pág. 497.
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