Page 92 - Mitos de los 6 millones
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pronunciaran al respecto, manifestaron que les era imposible no oponerse a la irresponsable
                        campaña con la que se pretendía acusar de genocidio al régimen nazi.
                              Uno de los aspectos más importantes del Rapport a que nos estamos refiriendo es
                        que viene mucha luz sobre los motivos del aumento de los decesos en los campos de
                        concentración hacia el final de la guerra. Por ejemplo, se afirma que «... en las condiciones
                        caóticas en que se debatia Alemania hacia el final de la guerra, los tremendos bombardeos
                        aéreos arruinaron no sólo la economía sino los transportes en el ámbito del III Reich. Los
                        víveres no llegaron a los campos de concentración y hubo cada vez mas .detenidos que
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                        perecían de inanición».  Alarmado por tal situación, el Gobierno Alemán informó de ello
                        a la Cruz Roja, en Febrero de 1945. A principios de Marzo de 1945, Kaltenbrunner se
                        entrevistó con el Presidente del C.I.C.R. De resultas de tal entrevista, la Cruz Roja se
                        encargó, a través de sus propios delegados, de tal distribución de los paquetes de víveres en
                        los campos y un delegado del C.I.C.R. fué autorizado a permanecer en cada campo. Dicho
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                        delegado tenía plena libertad tic movimientos.   Es decir, que en los dos últimos meses de
                        la conflagración, cuando, según los apóstoles de la literatura concentracionaria, los
                        alemanes llevaban a cabo, con toda su intensidad, su política de ge. nocidio, había un
                        delegado de la Cruz Roja en cada campo. Y ninguno de tales delegados se dió cuenta de
                        nada. Ninguno vió una cámara de gas. Ninguno vio un crematorio que no se utilizara para
                        incinerar cadáveres de apestados o de tíficos. Ninguno tuvo la curiosidad para escuchar los
                        rumores sobre el gaseamientos o cremaciones colectivas de seres vivos. Todos estaban
                        distraídos ¿Tódos? ¿Es esto admisible?
                              Pero aún hay más. El C.I.C.R. protestó, el 15 de Márzo de 1944 contra «la bárbara
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                        guerra aérea de los Aliados».  Esta protesta se hizo oficialmente en el interés de los
                        prisioneros de guerra y de los internados administrativos (es decir, en su gran mayoría
                        judíos). El 2 de Octubre de 1944 el C.I.C.R. formuló una nueva protestas al «Foreign
                        Office», advirtiendo del inminente hundimiento del sistema decomunicación alemán y
                        afirmando que traería como consecuencia inevitable el hambre para todos los que se
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                        encontraban entonces en Alemania, prisioneros incluidos.
                              En lo que concierne a la tasa de mortalidad en los campos, el Rapport precisa que se
                        utilizaron los servicios de la mayor parte de los médicos judíos internados para luchar
                        contra el tifus en el frente del Este, pero muchos médicos israelitas, estuvieron en los
                        campos luchando contra las epidemias de tifus cuando éstas llegaron a su punto álgido en
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                        1945.
                              Por lo que se refiere a la alegación de que los alemanes habían camuflado las
                        cámaras de gas en salas de duchas, el Rapport del comité lo desmiente tácitamente al
                        declarar:
                                       «Los delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja visitaron no solamente los
                                 lavabos, sino las instalaciones de baños, las duchas y los talleres de lavado de ropas. Debieron
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                                 intervenir a menudo para hacer reparar algunas instalaciones o para lograr mejoras».
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                        ducha, y si debieron intervenir para repararlos o lograr mejoras, es porque los vieron en
                        acción. Admitamos que a algún o algunos delegados lograran engañarles los alemanes,
                        haciendoles «ver» que las «cámaras de gas» eran baños-ducha. Concedido. Pero, ¿a todos los
                        delegados a la vez, y en todos los campos?. Precisamente el examen de este voluminoso

                        1   Id., Vol. III, pag. 83.
                        2   Id., Vol. III, pag. 83-84.
                        3   Inter Arma Caritas, pág. 88
                        4   Inter Arma Caritas, pág. 79.
                        5   «Rapport del C.I.C.R». Vol. I. Pág. 204.
                        6   Id., Vol. III. p. 594.

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