Page 119 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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A esto hay que agregar la grandiosa obra de las autopistas nacionales para la que se
destinó la cifra de 3.500 millones de marcos, distribuidos en un período de construcción
calculado en 6 o 7 años. Luego siguió una considerable ampliación de las obras de
almacenes, muelles, etc., de los ferrocarriles (unos 1.000 millones de marcos) y de los
servicios de Correos del Estado así como una notable intensificación de los trabajos
públicos de emergencia promovidos por la oficina del trabajo y de seguro contra el paro.
Mediante una suscripción pública, a fines de 1935, para el fomento del trabajo nacional
se redondeó, junto con los medios de que ya se disponía, la cifra de 5.518 millones de
marcos, destinada a trabajos de emergencia.
El proyecto de las autopistas nacionales abarca la construcción de 7.000 kilómetros.
Más de 100.000 hombres tienen ocupación durante varios años y muchos otros miles
reciben indirectamente pan y trabajo de las industrias relacionadas con esta obra. El plan
surgió por iniciativa de Adolfo Hitler quien, en 1933, pocos días después de la toma del
poder, proclamó la consigna de la “motorización”, que dio además un gran impulso a la
industria del automóvil.
Dada la precaria situación de la economía alemana, estos medios de tan colosales
proporciones para el fomento del trabajo no se podían procurar ni por el camino de los
impuestos ni por el de los empréstitos. Los fondos necesarios para estos trabajos se
obtuvieron y se obtienen por medio de giros, de manera que el empresario, a quien se le
encarga la construcción de una obra pública, gira sobre uno de los institutos de crédito
especialmente autorizados por el Reich .
El Reichbank está dispuesto a redescontar estos giros y el Estado se obliga a hacerse
cargo del costo derivado de tal operación de crédito y de cancelar paulatinamente los
giros de procuración de trabajo.
Este genial mecanismo tenía en cuenta las posibilidades del mercado monetario y de
capitales y adoptó la necesaria ampliación de crédito a la capacidad de la economía
nacional. Esto ha hecho posible que a pesar del enorme movimiento de dinero
producido por el programa de trabajo se haya evitado toda clase de trastornos en la
política monetaria y de créditos. En efecto, la circulación monetaria durante la ejecución
del programa se elevó solo 250 millones de marcos, aproximadamente.
El segundo medio para aumentar las posibilidades de trabajo era el indirecto que
consistía en fomentar de un modo general la iniciativa privada mediante anticipos para
la construcción y renovación de viviendas y en reducir los impuestos sobre las
inversiones nuevas de capital.
todos los créditos, anticipos y reducciones de impuestos, que desde el 30 de enero de
1933 se han concedido en la nueva Alemania, están dedicados a un fin determinado. Su
fin inmediatamente, relacionado con el fomento del trabajo, estimula y apoya la
colaboración. Este principio fue proclamado por Adolfo Hitler en la fiesta del trabajo
nacional del 1.º de mayo de 1933:
“Pueblo alemán, créeme que no hay que buscar en las estrellas la solución del problema
del trabajo. Tu mismo debes ayudar a resolverlo, con inteligencia y confianza hacer
todo lo posible por procurar trabajo. El empresario, el propietario de casas, el hombre de
negocios, cada uno de vosotros, según vuestras posibilidades, tiene el deber de ayudar a
su consecución, y antes que todo, cada uno tiene el deber de pensar en el trabajo
alemán”.
Las facilidades solo entraban en vigor cuando se lograba la colocación de obreros
parados.
Para cumplir los fines de este método indirecto de la procuración de trabajo se ha
dispuesto también de sumas importantes. El segundo programa Reinhardt, del 21 de
septiembre de 1933, suministró, por si solo, la cantidad de 500 millones de marcos
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