Page 235 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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Un  cometido  especial  en  esta  tarea  lo  llena  la  reciente  creación  de  las  Escuelas
                  Nacionalsocialistas Adolf Hitler, las cuales servirán de preparatorias para las escuelas
                  políticas superiores. En estas escuelas son admitidos los jóvenes de 12 años de edad que
                  hayan demostrado en la HJ cualidades sobresalientes.
                  Es de importancia señalar que una vez pasado el examen final (la escuela comprende 6
                  clases y dura hasta el enrolamiento en el servicio militar) al alumno  ingresado de las
                  escuelas Adolf Hitler se le ofrece la oportunidad de entrar al servicio del Estado o del
                  Partido. De estas nuevas escuelas, dirigidas enteramente por el Partido, habrán de salir
                  los jefes futuros del Reich. Allí se forma la voluntad política del pueblo de mañana.
                  Un importante campo de actividad de la HJ lo constituye la obra del Servicio de ayuda
                  agrícola.  Su  finalidad  es  la de despertar  el  amor por  el  campo  en  la  juventud  de  las
                  ciudades,  y de forzar al  mismo tiempo el aumento de la producción. En  el año 1936
                  fueron  distribuidos  en  el  campo  6.608  jóvenes  obreros  en  642  grupos  rurales.
                  Actualmente está en vías de realizarse un desarrollo de mucha mayor trascendencia a
                  este respecto. La denominación de “grupo rural” se aplica a un equipo del servicio que
                  es destinado a un pueblo agrícola. Sus miembros son distribuidos entre los labradores,
                  pero el alojamiento se efectúa en una sola casa común.
                  En  el  Servicio  de  Ayuda  Agrícola  crece  una  juventud  sana  de  cuerpo  y  de  alma;  el
                  espíritu  de  compañerismo  se  une  con  el  severo  deber  del  trabajo  y  constituye  desde
                  luego  una  de  las  más  significativas  comunidades  de  la  juventud  alemana.  Como  ya
                  hemos dicho,  es la única  forma -y  la  más  adecuada- para estimular  el  retorno  de los
                  elementos jóvenes de las ciudades al campo.
                  El problema de la educación de la juventud debe ocupar con preferencia la atención de
                  todas las naciones civilizadas. Es evidente que cada país ha de proceder a la solución de
                  este cometido de una manera distinta, de acuerdo con las características nacionales de su
                  pueblo, pero no se debe olvidar que precisamente este medio es, como ningún otro, el
                  más apropiado para fomentar un intercambio pacífico de ideas entre los pueblos. Cuanto
                  más fácil sea a los educadores de la juventud de las naciones civilizadas, llegar a una
                  inteligencia sobre ciertos principios fundamentales de la educación, tanto mayor será la
                  probabilidad de que los jóvenes de todas las naciones no se eduquen en un espíritu de
                  mutuo  recelo,  sino  por  el  contrario,  se  sientan  animados  del  mismo  sentimiento  de
                  comprensión mutua y puedan , de este modo, colaborar a favor de la paz.
                  Convencido de ello, Baldur von Schirach ha establecido como base de conducta para los
                  jefes de la HJ, que se abstengan de toda actividad política en el extranjero, consagrando,
                  en  cambio,  todos  sus  esfuerzos  a  la  colaboración  internacional  por  medio  de  una
                  aproximación  entre  la  juventud  alemana  y  la de  los  otros países.  Con  este objeto,  la
                  juventud alemana va todos los años de viaje al extranjero, para tener ocasión de conocer
                  a  otros  países  y  pueblos  extraños,  sus  costumbres  y  sus  tradiciones,  etc.
                  Simultáneamente,  la  juventud  de  las  otras  naciones  es  invitada  en  escala  cada  vez
                  mayor, a visitar Alemania y la Juventud Hitleriana. En los últimos años más de 50.000
                  muchachos extranjeros han tenido ocasión de visitar la HJ y apreciar su labor. Además,
                  se  introducen  en  las  formaciones  hitlerianas  cursos  para  la  enseñanza  de  idiomas
                  extranjeros y ciencias topógrafo-etnológicas.
                  La nueva  Alemania aporta especial  cuidado en lograr que de las  filas de la Juventud
                  surja una nueva generación física y espiritualmente más vigorosa que la juventud de la
                  época  de  postguerra.  Adolfo  Hitler  se  interesa  personalmente  en  este  problema.  El
                  hecho de que el Jefe Nacional de la Juventud se halla directamente subordinado a su
                  persona y, por otra parte, el movimiento juvenil  quede liberado de toda sujeción a la
                  burocracia del Estado, lo demuestran bien elocuentemente. El Führer ve en la Juventud
                  el porvenir de la Nación y en la continuación de su obra.



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