Page 281 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
P. 281

Como  resultado  de  esta  situación,  el  12  de  febrero  de  1937  la  comisión  eclesiástica
                  nacional  presentó  su  dimisión  al  ministro.  En  este  estado  de  cosas  extremadamente
                  agudo, el Führer dictó tres días más tarde el siguiente decreto:
                  “No  habiéndose  logrado  por  la  comisión  eclesiástica  nacional  la  unificación  de  los
                  grupos  de  la  iglesia  evangélica  alemana,  esta  deberá  quedar  en  plena  libertad  para
                  determinar  su  nueva  constitución  y  organización  por  el  arbitrio  de  su  propio  clero.
                  Autorizo al ministro de Culto para preparar a este fin la elección de un sínodo general y
                  a tomar las medidas necesarias para ello.”
                  Sobre las tendencias que actualmente predominan en la Iglesia Evangélica alemana se
                  puede decir en general, que hay quienes afirman y propagan la renovación de la iglesia
                  conforme a las exigencias de los tiempos actuales, y otros que la niegan y rechazan. Los
                  partidos  se  diferencian  en  “cristianos  alemanes”  (Deutsche  Christen)  y  “cristianos
                  profesos” (Bekenntnis-Christen) ortodoxos.
                  Los  cristianos  alemanes  no  deben  confundirse  con  los  partidarios  del  “Movimiento
                  religioso  alemán”  (Deutschen  Glaubensbewegung)  y  otra  cualquiera  clase  de
                  neopaganos. Los cristianos alemanes tienen por base el evangelio, reúnen a feligreses de
                  todos los grupos eclesiásticos y se abstienen de formar partido alguno. Su intención es
                  transformar  la  Iglesia  evangélica  alemana  en  una  Iglesia  activa  popular  en  la  cual
                  puedan encontrar cabida varias de las tendencias divergentes actuales. Al mismo tiempo
                  son  fieles  adeptos  de  Adolfo  Hitler  y  quieren  imponer  en  la  Iglesia  el  espíritu  de  la
                  ideología nacionalsocialista.
                  Un  grupo  importante  de  esta  tendencia,  que  se  denomina  “Movimiento  eclesiástico
                  nacional” (Nationalkirchliche Bewegung) procede de Turingia, la clásica tierra en que la
                  vida  religiosa  alemana  obtuvo  su  sello  característico.  Este  grupo  se  empeña  en  dar
                  satisfacción  a  todas  las  cuestiones  planteadas  por  la  revolución  alemana  en  las
                  relaciones  entre  el  Cristianismo  y  el  Estado.  Su  propósito  fundamental  es  el  de
                  reconciliar a ambos, y hasta deriva el nacimiento del nuevo Estado de una encomienda
                  divina, su pregón: “¡Nuestro fin, el bien de Alemania! ¡Nuestra fuerza Jesucristo!”. “El
                  mundo,  nuestro  pueblo,  la  fe  en  Cristo,  tuvieron  que  ser  salvados  por  el
                  nacionalsocialismo  contra  las  iglesias  y  sus  doctrinas  dogmáticas,  libertados  y
                  redimidos para resurgir a una nueva vida y a una existencia consciente”, exclamó el jefe
                  de  los  cristianos  alemanes,  Siegfried  Leffler  con  ocasión  de  un  discurso  que
                  pronunciara.
                  Un  segundo  grupo  llamado  “Movimiento  nacional  de  los  cristianos  alemanes”
                  (Reichsbewegung Deutsche Christen)  de Wilhelm  Rehm,  hizo su aparición en  el  año
                  1932  y  desde  un  principio  ha  aspirado  a  una  renovación  de  la  iglesia  evangélica
                  alemana.  Como  el  cambio  de  régimen  del  Estado  en  1933  no  ha  conseguido  hacer
                  penetrar sus ideas en la iglesia antigua, este grupo se ha separado en los últimos años de
                  la lucha político-religiosa, para consagrarse a una renovación paulatina de la iglesia. Su
                  lema  sigue  siendo  el  mismo:  “Íntegramente  cristianos  evangélicos  e  íntegramente
                  nacionalsocialistas.” Su fin es realizar con lealtad y abnegación la reconstrucción de la
                  Iglesia Nacional Reformada.
                  Hay que reconocer que los cristianos alemanes han realizado un hecho histórico muy
                  importante, ya que son ellos los que fundaron la Iglesia Evangélica Alemana. La iglesia
                  nacional se basaba en su programa y ha sido una realidad gracias a sus principios. Pero
                  al ampliar la misión de esta, han procedido demasiado impulsivamente y sin la necesaria
                  preparación. Sobre todo el ensayo de reunir las iglesias nacionales en una unificada fue
                  demasiado prematuro. Todo esto es la causa principal de la actual crisis.
                  Frente a esta nueva situación se ha elevado desde 1933 un partido de oposición que, si
                  bien formaba una minoría en la iglesia, ha sabido asegurarse una influencia importante.



                                                           281
   276   277   278   279   280   281   282   283   284   285   286