Page 42 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
P. 42
Por este convenio no se alteran los protocolos romanos de los años 1934 y 1936 ni
tampoco la posición de Austria respecto a Italia y Hungría como participantes en estos
protocolos. Ambos gobiernos consideran la organización política interna de sus
respectivos países, incluso en nacionalsocialismo austríaco, como un asunto
exclusivamente interno.
Con este tratado desapareció por fin una disensión que había tenido alejados a dos
Estados alemanes. El carácter alemán de ambos participantes les indujo a los naturales
sacrificios. El terminar con una situación que tanto política como espiritualmente había
pesado sobre la población fronteriza de ambos países valía la pena de hacer tales
sacrificios.
También se pudo ver al firmarse este convenio, lo mismo que en el tratado polaco-
alemán y que en el acuerdo naval anglo-alemán, que el sistema directo del
entendimiento bilateral produce resultados positivos.
Este convenio no significa ninguna “nueva constelación”; en él se prevé que los
acuerdos romanos de Austria con Italia y Hungría no sufran alteración alguna ni
tampoco tienen como consecuencia un giro de Viena de esta línea política. Para
Alemania tampoco significa el convenio un desvío de su política de buscar las
relaciones amistosas con sus vecinos, de eliminar los factores perturbadores y de
contribuir a una paz colectiva, justamente entendida.
Como resultado de la actitud cordial de Roma, el joven ministro de Relaciones
Extranjeras italiano, Conde de Ciano, hizo una visita a Berlín el 19 de octubre. Después
de una recepción solemne cambió amplias impresiones con el ministro de Relaciones
Exteriores von Neurath y con otras eminentes personalidades. En Berchtesgaden, el
Führer le comunicó que Alemania reconoce, bajo todas sus formas, el Imperio italiano
de Etiopía.
Ciano declaró que habían sido examinadas las negociaciones para la sustitución del
Tratado de Locarno así como los diferentes aspectos del problema de la Sociedad de las
Naciones; a partir de entonces todas las cuestiones habrían de ser tratadas mediante
consultas de carácter amistoso entre ambas naciones. Alemania e Italia habían llegado
además al convencimiento de que el gobierno nacional del general Franco está apoyado
por la firme voluntad del pueblo español en la mayor parte del territorio de aquella
nación. Italia y Alemania deseaban que España, en su plena integridad nacional y
colonial, recuperara el puesto que le corresponde.
Además, se acordó intensificar aún más las relaciones culturales entre Alemania e Italia.
En relación con el reconocimiento del Imperio italiano de Etiopía se ha establecido un
arreglo de las relaciones económicas italo-alemanas en cuanto se refiere a Etiopía .
El Conde Ciano tomó parte en Berlín en una manifestación de las juventudes
hitlerianas, en la que se anunció la fundación de un instituto en Berlín y otro en Roma
de las organizaciones juveniles italo-alemanas.
Esta visita fue el punto de partida de una serie de viajes de personalidades de la Política,
de la Economía, del Ejército, etc., de Berlín a Roma y viceversa.
En su discurso “realista” de Milán, del 1º de noviembre, Mussolini dijo que “la vertical
Berlín-Roma no es una secante sino más que eso un eje, en el cual pueden apoyarse
todos los Estados europeos que estén inspirados por la voluntad de colaboración y de
paz”.
Así tuvo lugar la realización de un deseo expresado por Hitler en su libro “Mein
Kampf”: el logro de una “Entente Cordiale” con Italia.
El mes de noviembre tajo tres acontecimientos importantes para la política alemana de
libertad y de paz.
El primero fue el restablecimiento de la soberanía del Reich sobre los ríos alemanes.
42