Page 45 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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2.     La  segunda  condición  es  la  de  retirar  solemnemente  la  firma  alemana  de  la
                  declaración obtenida, por exacción, de un gobierno débil, contra ciencia y consciencia,
                  de la culpabilidad de Alemania en la guerra.
                  Si bien esta declaración no significaba más que un gesto, su efecto moral era grande, ya
                  que  el  texto  del  artículo  231  del  Tratado  de  Versalles  (Reconocimiento  de  la
                  responsabilidad  única  e  indemnización  de  daños)  pesaba  constantemente  sobre  el
                  sentimiento nacional del pueblo alemán.
                  Historiadores y escritores alemanes, basándose principalmente en las publicaciones del
                  archivo secreto  ruso  editadas  después de  la guerra,  se  han  esforzado  en  demostrar  el
                  error histórico de aquel artículo tan ofensivo para Alemania.
                  En  el  extranjero  también  se  han  hecho  investigaciones  de  esta  índole  con  resultados
                  favorables  para  Alemania.  A  pesar  de  esto,  dicho  error  ha  enturbiado  el  criterio  de
                  muchos hombres de Estado y ha hecho fracasar  todo intento de Alemania de obtener
                  una revisión del artículo 231.
                  Hitler  manifestó  en  su  discurso  que  Alemania,  como  Estado  que  ha  recuperado  la
                  igualdad de derechos, tiene conciencia de su misión europea y colaborará desde ahora
                  en la solución de los problemas internacionales.
                  Con estas  palabras del  Führer  se terminó  un período  que  comenzó  el  28  de junio  de
                  1914. Para Alemania, para toda la Europa, este tiempo abarcó guerras y revoluciones,
                  miserias y sufrimientos que apenas tienen su equivalente en los anales de la Historia.
                  Ahora una nueva era comienza; todos esperamos confiados en que será mejor a pesar de
                  las dificultades internacionales presentes.
                  El Führer ha mantenido su promesa de devolver a Alemania la igualdad de derechos, la
                  libertad y el honor nacionales.
                  Es interesante recordar que en este discurso, que acabamos de citar, Hitler decía que el
                  gobierno alemán había asegurado a Bélgica y a Holanda el estar dispuesto a “reconocer
                  y garantizar en todo momento estos Estados como territorios neutrales e intangibles”.
                  Esta  buena  disposición  de  ánimo  de  Alemania  halló  un  eco  entusiasta  en  la  Cámara
                  holandesa; el Gobierno declaró que Holanda apreciaba estos buenos propósitos en todo
                  su valor.
                  El  12  de  febrero  tuvo  lugar  una  conversación  entre  el  Embajador  alemán,  von
                  Ribbentrop, y el representante del ministro de Relaciones británico, Lord Halifax, en la
                  cual se trataron diferentes cuestiones que afectaban a los intereses de ambos países, Esta
                  conversación preparaba la visita que más tarde hizo Lord Halifax a Alemania.
                  El ministro de Relaciones Exteriores, von Neurath, que llegó a Viena el 22 de febrero
                  para pasar allí dos días, celebró varias entrevistas con el Canciller de la Confederación,
                  von Schuschnigg,  y con  el  secretario  de Relaciones Dr. Schmidt.  En  un comunicado
                  oficial se anunciaba la satisfacción con que se había comprobado que el acuerdo del 11
                  de julio de 1936 había servido para el restablecimiento de las relaciones amistosas con
                  plena confianza de ambos Estados y como base adecuada para garantizar en lo sucesivo
                  una colaboración provechosa. En estas conversaciones se expresó la esperanza de que la
                  aproximación conseguida por el acuerdo económico del 27 de enero había de favorecer
                  un  movimiento más  intenso  de  mercancías  y  viajeros,  que a su  vez  tenía que  influir
                  sobre el desarrollo general de las relaciones entre ambos países. En cuanto a la política
                  cultural  se  discutieron  extensamente  las  cuestiones  más  urgentes  del  intercambio
                  intelectual. En consecuencia, se nombró la Comisión para el fomento de las relaciones
                  culturales entre Austria y Alemania que ya se había acordado cuando el secretario de
                  Estado,  Dr.  Schmidt,  hizo  su  visita  a  Berlín.  Esta  Comisión  debía  principiar  sus
                  funciones el 25 de febrero.





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