Page 43 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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El 15 de noviembre, el gobierno alemán transmitió una nota a los gobiernos que por el
tratado de Versalles estaban representados en la Comisión fluvial internacional del Rin,
Danubio, Elba y Oder. En esta nota se decía que las prescripciones del tratado
contradicen a los principios de la igualdad de derechos en la navegación fluvial y
significan un sistema unilateral desventajoso para Alemania. Como los esfuerzos
alemanes para suprimir este insoportable estado de cosas habían sido siempre
infructuosos, el Gobierno alemán ya no podía aceptar por más tiempo la situación
creada y por tanto no reconocía más dichas prescripciones concernientes a los ríos en
territorio alemán y a la administración del canal de Kiel. Al mismo tiempo, el Gobierno
alemán denunció los acuerdos tomados el 4 de mayo referentes a la navegación por el
Rin.
Con esto cesó la colaboración de Alemania en el seno de la Comisión fluvial creada por
Versalles. La navegación por los ríos alemanes está abierta a todos los Estados que
vivan en paz con Alemania y no hay diferencia alguna en la manera de tratar los barcos
alemanes y extranjeros. Condición previa para ello es, desde luego, la garantía de
reciprocidad.
Hitler eliminó así una de las últimas ligaduras del Dictado de Versalles.
El segundo acontecimiento de este mes fue la visita oficial del secretario de Relaciones
Exteriores austríaco Dr. Guido Schmidt que sostuvo largas conversaciones con el
ministro de Relaciones Exteriores alemán, von Neurath, y que seguidamente fue
recibido por el Führer. Objeto de estas conversaciones fueron los problemas de
naturaleza política, económica y cultural. Las relaciones comerciales autro-alemanas
habrían de ser inmediatamente intensificadas. Se vio que, manteniendo en vigor las
bases del convenio del 11 de julio, podría resultar una colaboración provechosa en
muchas cuestiones.
El tercer acontecimiento lo constituye el pacto contra la Internacional comunista que fue
firmado el 25 de noviembre en Berlín entre el Embajador del Japón y el Embajador von
Ribbentrop. Alemania y el Japón reconocen que el fin de la Internacional comunista es
la descomposición y opresión de los Estados existentes; están convencidas de que una
intromisión del Komintern en los asuntos internos de las naciones amenaza tanto a la
paz y bienestar social interiores como a la paz mundial. Ambas naciones acuerdan
informarse recíprocamente sobre la actividad de la Internacional comunista, consultarse
sobre las medidas de defensa necesarias y ejecutar estas en estrecha colaboración. Los
demás Estados, cuya paz interna aparezca amenazada por la labor destructora de la
Internacional comunista, son invitados a participar en este acuerdo. El pacto será válido
durante 5 años. Un protocolo adicional establece la formación de una Comisión
permanente de ambos países. Las autoridades competentes deben adoptar las más
severas medidas contra los colaboradores directos o indirectos de la Internacional
comunista en el interior o en el extranjero.
Los motivos para este acuerdo se encuentran en la resolución del séptimo Congreso del
Komintern de formar un “Frente único para la lucha contra el fascismo y el
imperialismo” que se dirigía principalmente contra el Japón, Alemania y Polonia. Con
esto, la actividad del Komintern demostró su carácter internacional; las medidas para
oponérsele tenía que ser por tanto de colaboración internacional.
Las ideas expuestas por Hitler y otros oradores, dos meses antes, en el Congreso del
Partido en Nuremberg, encontraron por primera vez inmediata aplicación en este
acuerdo.
Entre otros acontecimientos importantes de este año, hay que citar el “convenio
comercial y de pagos” firmado con Lituania, el 5 de agosto. El objeto del mismo es
disminuir la tirantez entre ambos países y fomentar sus relaciones políticas. Esta política
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