Page 73 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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“En vista de esto, me decidí a poner fin a nuevos actos de violencia contra mi patria.
                  Dispuse  inmediatamente  las  medidas  que  me  parecieron  adecuadas  para  ahorrar  a
                  Austria  la  desgracia  de  España.  El  ultimátum,  sobre  el  cual  comenzó  a  quejarse
                  súbitamente  el  mundo  entero,  no  era  sino  la  firme  aseveración  de  que  Alemania  no
                  consentiría  por  más  tiempo  una  opresión  de  los  compatriotas  austríacos  y  al  mismo
                  tiempo una advertencia para evitar que se tomase un camino que ineludiblemente habría
                  llevado a un derramamiento de sangre. Prueba de que mi actitud fue justa es que, al no
                  tener ya más remedio que llevar a cabo las medidas de intervención que habían llegado
                  a ser ineludibles, en un lapso de tres días la patria entera acudió hacia mí, sin un solo
                  tiro y por ende sin una sola víctima. Si yo no hubiera secundado los deseos del pueblo
                  austríaco  y  de  su  gobierno  nacionalsocialista,  con  toda  seguridad  más  tarde  las
                  circunstancias habrían exigido nuestra intervención. Quise ahorrar a este hermoso país
                  desgracias y sufrimientos infinitos.”
                  El Sr. Schuschnigg  y sus partidarios pueden dar  gracias a Dios por esta decisión que
                  salvó la vida a él y a otros 10.000. Hitler puede declarar con satisfacción y orgullo que
                  ha devuelto al Reich un país intacto con moradores radiantes de felicidad.
                  Adolfo  Hitler  habló  después  de  la  reacción  del  extranjero  con  motivo  de  los
                  acaecimientos austríacos. Mientras las democracias se hallaban desconcertadas frente a
                  estos  sucesos  para  los  cuales  no  tuvieron  comprensión  alguna,  varios  Estados
                  permanecieron  indiferentes  o  expresaron  su  más  cálida  aprobación.  Adolfo  Hitler
                  mencionó especialmente la actitud de Polonia y la declaración de Yugoslavia. La actitud
                  de Italia debe  ser  mencionada con  más  prolijidad.  Adolfo  Hitler  se  refirió  a  su carta
                  dirigida al Duce, el 11 de marzo, explicando los motivos de su actuación y expresándole
                  en su nombre y en el del pueblo alemán los más calurosos agradecimientos subrayando
                  que  Alemania  sabe  lo  que  significa  la  actitud  tomada  por  Mussolini.  Si  aún  fuese
                  menester  una consolidación  de  las relaciones  entre  Italia  y  Alemania,  esta se  realizó
                  ahora. De una comunidad de ideología y de intereses nació una amistad inquebrantable.
                  Tanto  el  territorio  como  las  fronteras  de  esta  nación  amiga  son  intangibles  para
                  Alemania. El eje que une ambos países ha rendido un eminente servicio  a la paz del
                  mundo.
                  Adolfo  Hitler  declaró  al  final  que  el  10  de  abril  no  sólo  una  parte  del  pueblo  será
                  llamada a dar su asentimiento para la fundación definitiva de un Reich alemán, grande y
                  verdadero, sino que este día, y por primera vez en la Historia, toda la nación alemana- la
                  que actualmente se halla dentro del gran Reich- será convocada para prestar solemne
                  declaración.  Además,  Adolfo  Hitler  comunicó  la  disolución  del  Reichstag  y  la
                  convocación de elecciones para el nuevo Reichstag el día 10 de abril de 1938.
                  Así como Hitler en el año de 1933 había pedido al pueblo alemán cuatro años para la
                  resolución  de  los grandes  problemas,  así  también  solicitaba,  por  segunda  vez,  cuatro
                  años  para  poder  realizar  también  la  fusión  interior  ya  consumada  exteriormente.
                  Vencido  este  plazo,  el  nuevo  Reich  alemán  se  habrá  convertido  en  una  unidad
                  indisoluble.-
                  El Gobernador de Austria dio a conocer los requisitos relativos al plebiscito del 10 de
                  abril de 1938: tienen derecho a votar todos los hombres y mujeres nacidos hasta el día
                  10 de abril de 1918 con derechos de ciudadanía austríaca o que, en virtud de la ley de
                  desnacionalización de 1933, perdieron estos derechos y no estén excluidos del derecho
                  al  voto.  Los  judíos  quedan  excluidos  del  derecho  de  votación.  Las  listas  electorales
                  estarán expuestas al público del 27 al 31 de marzo.
                  El  decreto  sobre  el  plebiscito  y  sobre  la disolución  del    Reichstag  y  convocatoria de
                  nuevas  elecciones  decía:  “Con  objeto  de  dar  al  pueblo  alemán  entero  ocasión  para
                  manifestar su fidelidad a la Gran Alemania creada por la reincorporación de Austria al



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