Page 74 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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Reich alemán, se dispone que, a la par del plebiscito popular en el Estado de Austria,
                  también se celebre uno en el resto del territorio del Reich sobre la reincorporación de
                  Austria al Reich alemán, efectuada el 13 de marzo de 1938. Al  mismo tiempo queda
                  disuelto el  Reichstag a partir del 9 de abril de 1938 con objeto de que los compatriotas
                  austríacos  puedan  estar  representados  en  el  Parlamento  de  la  Gran  Alemania.  El
                  plebiscito y las elecciones para el Parlamento del Gran Reich alemán tendrán lugar el
                  domingo,  10  de  abril  de  1938”.  Una  ley  ulterior  acordó  que  en  lugar  de  la  lista  de
                  candidatos por distritos se hiciera una que abarcara a todo el Reich.
                  Se dispuso, además, que las papeletas de elección fueran blancas en el territorio anterior
                  del Reich, verdes en Austria. Las papeletas llevarían impresa las  palabras “Si” y “No”,
                  debajo de cada una de las cuales se encontraría un círculo en el que el votante trazaría
                  una  cruz  de  acuerdo  con  su  opinión  afirmante  o  negativa.  En  el  plebiscito  y  en  las
                  elecciones en el Reichstag pudieron tomar parte todos los alemanes del Reich y todos
                  los austríacos con derecho a voto. La papeleta contenía, igual para todos, el siguiente
                  texto: ¿Estás de acuerdo con la reincorporación de Austria al Reich alemán consumada
                  el 13 de marzo de 1938 y votas por la lista de nuestro Führer Adolfo Hitler?
                  En las elecciones del  Reichstag del Gran Reich alemán corresponde un diputado a cada
                  60.000  votos.  Un  excedente  que  pase  de  30.000  votos  será  considerado  como
                  equivalente a la cifra global de 60.000.
                  El  arzobispo  de  Viena,  Cardenal  Innitzer,  comunicó  al  delegado  del  Führer  para  el
                  plebiscito en Austria, jefe de distrito Bürckel, una declaración del episcopado austríaco,
                  fechada el 18 de marzo, en la que se decía que los obispos austríacos reconocen con
                  satisfacción  la  excelente  labor  que  ha  hecho  y  está  haciendo  el  movimiento
                  nacionalsocialista  en  la  reconstrucción  nacional  y  económica  así  como  en  la  política
                  social de  Alemania,  especialmente en  las  clases  más pobres  del  pueblo.  Los obispos
                  están convencidos de que la acción del movimiento nacionalsocialista alejará el peligro
                  del bolchevismo ateo y destructor, y por tanto bendicen este movimiento y se proponen
                  exhortar a sus fieles para que cooperen en el  mismo sentido; el día del plebiscito los
                  obispos estiman  como  un  deber  nacional  evidente el reconocerse como  alemanes del
                  Reich  alemán  y  esperan  por  tanto  que  todos  los  cristianos  verdaderos  sepan  lo  que
                  deben  a su pueblo.  Este  manifiesto  fue  firmado por  el  arzobispo  de Viena,  Cardenal
                  Innitzer,  el  Príncipe-arzobispo  de  Salzburgo,  Waitz,  los  Príncipes-obispos  Hefter  y
                  Pawlikowsky y los Obispos Gföllner y Memelauer.
                  Unos días más tarde el Cardenal Innizer dirigió una carta al jefe de distrito Bürckel en la
                  que hacía relación a la noticia publicada por la prensa extranjera de que el  manifiesto
                  del  episcopado  austríaco  estuviera  en  relación  con  la  visita  del  Nuncio  apostólico  al
                  Ministro  de  RR.EE.,  von  Ribbentrop,  y  que  sólo  se  debía  considerar  como  un  gesto
                  aparente.  El  cardenal  manifestó  en  dicha  carta  la  declaración  del  episcopado  en  el
                  solemne  momento  histórico  de  la  reincorporación  de  Austria  a  Alemania  fue
                  completamente espontánea y que estima como indigno de su cargo el tomar actitudes
                  aparentes en este memorable acontecimiento. Por el contrario, la declaración hay que
                  valorarla como el reconocimiento sincero que ha brotado de quienes tienen la misma
                  sangre alemana. El cardenal espera que con esta declaración comience un nuevo período
                  en la vida religioso-cultural del pueblo entero y qué de ahora en adelante se establezca
                  una época de pacificación y de reconciliación entre la Iglesia, el Estado y el Partido.
                  El delegado del Plan Cuadrienal, Mariscal Göring, se dirigió a Austria el 25 de marzo;
                  visitó primeramente Wels y Linz continuando su viaje hacia Viena por el Danubio. A
                  bordo, entre él  y personalidades de los círculos económicos austríacos y alemanes se
                  enfocaron  aquellas  medidas  necesarias  a  consecuencia  de  la  reincorporación  de  la





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