Page 130 - Egipto TOMO 2
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130                     EL CAIRO
                             Semejante resultado suele alcanzarse al cabo de un cuarto de hora, y en
                 sus fuerzas físicas.
                 este caso el miembro que se retira vese inmediatamente reemplazado poi otio que ocupa su
                 sitio, con lo cual no se interrumpe un solo punto el círculo del zikr.  Ocasiones hay, y no
                 pocas, en que en el ejercicio toman parte las mujeres, y el doctor Spitta habla de un círculo
                 en cuyo centro se encontraban una vieja, y una muchacha en todo el esplendor de la juventud.
                 Aquélla excitaba á los asistentes á que tomaran parte en el ejercicio palmoteando y dirigién-
                 doles miradas penetrantes y maliciosas. En cuanto á la joven estaba entregada en cuerpo y
                                             levantaba incesantemente su busto y de cada
                 alma á las evoluciones del zikr, inclinaba y
                 vez hacíanse sus movimientos más violentos, salvajes y desarreglados. A la vuelta de media























                                        EL ZIKR CON VIBRACIONES
                 hora ó poco ménos, — nuestro amigo permanecía delante de ella con el reloj en la mano, —
                 hallábase transformada en una loca furiosa: derribósele el pañuelo con que tocaba su cabeza,
                 y con ello se descompuso su luenga cabellera, que se derramó por todos lados, rodeándola
                 completamente: la parte superior de su vestido se descompuso, dejando sus carnes al descu-
                 bierto: con sus ojos brillantes cual carbunclos y su rostro bañado en cadavérica palidez,
                 parecia una furia escapada del averno. En semejante situación la vieja y el derviche director
                 se precipitaron sobre ella y emprendiendo despiadadamente á puñetazos la derribaron  al
                 suelo sin fuerza y sin conocimiento. — Los derviches, después de un zikr desenfrenado,
                 entréganse á  otilas extravagancias no ménos repugnantes  tales como  atravesarse  las
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