Page 183 - Egipto TOMO 2
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182                 EL EGIPTO SUPERIOR
                mas á esto queda reducido lo que puede apreciarse, puesto que el centio \ el ala derecha del
                edificio hállanse totalmente destruidos y el sinnúmero de aposentos y cámara», casi del todo
                arruinados, que se encuentran en la parte derecha, y que los habitantes de Haura juzgan
                abandonado bazar de una ciudad que en otro tiempo existió,  construidos de miserables
                adobes de barro, secados al sol, no permiten formar idea cabal de la construcción. Sólo restan
                algunas cámaras de piedra dura y contados fragmentos de grandes columnas con sus inscrip-
                ciones, de las cuales se desprende que  el Laberinto ,fué construido por Amenemha III, de la-
                dinastía duodécima. También habia erigido este rey, no léjos de Cocodrilópolis un obelisco
                cuyos restos vense derrumbados cerca de la aldea de Ebgig. Consagróse dicho soberano a
                medir la elevación del Nilo, rectificar su curso, y sacar el mejor partido posible de la inunda-
                ción, y abrió  el gran receptáculo que conocemos con el nombre de lago Moeris. En lengua
                                                     por consiguiente Amenemha, en
                egipcia la inundación se expresa con la palabra meri, y
                virtud de la naturaleza especial de su obra, fué apellidado el rey Meri,  es decir, el rey de la
                inundación, llamándole los griegos Moeris por adoptación de meri á su idioma. En la palabra
                Laberinto, que más tarde ha tomado una significación por demás extraña  , Brugsch ha reco-
                nocido un vocablo egipcio, Laperhunt, que quiere decir, templo de la embocadura del Lago.
                Antes que tuviera lugar la destrucción del lago Moeris, y de las esclusas colocadas á la entrada
                y á la salida del mismo, era posible regar una superficie mucho más considerable que la del
                Favum actual. Esto lo ve todo aquel que se aventura á cruzar las aguas saladas de Birket-el-
                Kurun para abordar las ruinas de Dimeh , Ó cuando se ha visitado como nosotros en la punta
                Sudoeste del lago, el templo, perdido en pleno desierto, que data de la época romana, y lleva
                al presente  el nombre de Kasr-Karun. Este notable edificio se halla rodeado hasta gran
                distancia de innumerables restos de habitaciones humanas , cisternas , empalizadas para los
                viñedos y vasos de arcilla y de vidrio; pero la amarillenta arena que el viento arrastra ha
                ahogado hace mucho tiempo los gérmenes de vida en estos lugares, pudiendo decirse, según el
                estilo egipcio, que Set ha alcanzado una gran victoria sobre Osíris. Medinet-el-Fayum, capital
                de la provincia, es una lindísima ciudad, en cuyas cercanías han sido descubiertas no pocas
                curiosas antigüedades, especialmente de la época romana ó de los primeros tiempos cristianos,
                y recientemente un abundante depósito de papiro. Aquí dejamos nuestros caballos y las cha-
                lupas hábilmente dispuestas de los pescadores de Senhur, y tomamos de nuevo la via férrea.
                  Habíamos dejado la dahabijeh en Vasta, de cuyo punto salimos para continuar nuestra
                navegación á lo largo del Nilo. Distinguimos á lo léjos las pirámides de il-Lahun, situadas
                                                                        al
                muy cerca de la cortadura por la cual se derrama por el oasis del Favum el canal de José, y
                amanecer del dia siguiente anclamos junto á la ribera de Beni-suef.  Existe en  ella una
                magnífica quinta ó castillo, propiedad del Jetife, que domina por completo las casas de la
                población; pero no sentimos el menor deseo de visitarlo, y por consiguiente sólo concedimos
                á nuestro arraez el tiempo indispensable para hacer provisión de harina.  El mercado se
                celebra junto  al puerto y  las compras dan lugar á discusiones tan animadas como  si  las
                partes contratantes defendieran mútuamente una cuestión de vida ó muerte.
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