Page 187 - Egipto TOMO 2
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EL EGIPTO SUPERIOR 187
Fresco es el ambiente
y de maravillosa pureza: el pecho se ensancha respirándolo y
viendo los numerosos objetos que así á lo lejos como á corta distancia brindan con nuevas
impresiones. Un labriego que utiliza para el arado las desiguales fuerzas de tracción de un
búfalo y un camello, nos pide al paso su bakhshish ya khaouaggeh: «una propina, caballero, »
no obstante que nada absolutamente ha hecho en favor nuestro. La verdad es que lo menos
hemos oido hoy veinte veces esta palabra de que tanto hablan todos los viajeros, y que tantas
veces ha llegado á nosotros desde el punto y hora en que pusimos el pié en Alejandría. Es
ella un vocablo de origen persa que significa presente, y así se aplica á las cien mil piastras
que regala á un bajá un hombre de negocios, como á la roñosa moneda de cobre que se arroja
LABRADOR FELAH
al pasar al humilde pordiosero. El botánico Pablo Ascherson, que acompañó á G. Rohlfs en
su viaje á través del desierto líbico, pretende que el bakhshish no es más que un movimiento
reflejo del aparato vocal egipcio, que se produce en el punto y hora en que el indígena
apercibe un extranjero, especialmente si es inglés. La apreciación es ingeniosa y hasta cierto
punto justa; pero, lo he dicho ya en otro sitio; durante una larga temporada de muchos
meses que pasé entre los felahes, en todo el decurso de la cual sólo con ellos sostuve
relaciones, acabé por convencerme de que no es meramente la codicia lo que les impulsa á
dirigirnos esta palabra que tan mala fama tiene adquirida. Los felahes más miserables están