Page 105 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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LA  “ TRADICIÓN”   DE  LA  LITERATURA  GRIEGA   IO 9


      anterior.  A l  parecer  se  hizo  una  miscelánea  expurgada  a  la  que  se
      dio  curso  bajo  el  nombre  de  Teognis.  No  es  menester  multiplicar
      los  ejemplos.  El  principio  es  siempre  el  mismo.  El  texto  se  selecciona
      de  una  de  las  viejas  versiones  completas ;  el  comentario  es  una  ver­
      sión  abreviada  de  los  συγγράμματα  y  los  υπομνήματα  de  gramáticos  del
      gran  período  romano,  desde  Dídimo  hasta  Herodiano.
         El  quid  de  la  cuestión  es  la  educación.  La  tarea  que  supone  man­
      tener  la  cultura  del  mundo  se  ha  convertido  en  una  pesada  carga,
      Son  contados  los  que  leen  a  los  clásicos  espontáneamente,  por  puro
      placer.  Los  clásicos  están  para  que  los  muchachos  los  aprendan  en  las
      escuelas  y  universidades,  no  porque  les  guste,  sino  porque  les  con­
      viene.  Lo  que  al  mundo  culto  le  importa  de  verdad,  aparte  de  man­
      tener  la  ortodoxia,  es  mantener  la  lengua  ática.
         El  predominio  de  la  educación  explica  otra  circunstancia  que  se
      da  en  la  literatura  griega  tardía.  La  profesión  de  educador  tiene
      extraordinarias  virtudes  en  comparación  con  la  mayoría  de  las  demás
      profesiones,  pero  tiene  también  sus  puntos  flacos,  y  uno  de  ellos  es
      la  tendencia  ocasional  a  fingir  conocimientos  que  no  posee.  La  lite­
      ratura  griega  tardía  está  repleta  de  obras  que  — escritas,  sin  duda,
      con  bastante  inocencia—   lograron  larga  vida  y  popularidad  porque
      permitían  a  los  maestros  hacer  gran  alarde  de  erudición.  Entre  éstas
      se  destacan,  sobre  todo,  las  antologías.  Muchos  y  excelentes  escritores
      del  siglo  IV  siembran  abundantemente  sus  textos  de  citas  de  la  lite­
      ratura  antigua,  pero  al  estudiarlas  comprobamos  que  casi  todas  ellas
      figuran  también  en  las  antologías  de  Estobeo  y  Orion,  Por  otra  parte,
      piénsese  en  la  ostentación  que  podía  hacer  cualquiera  que  dotado  de
      buena  memoria  hubiera  leído  a  Ateneo,  Quedaría  pertrechado  de
      anécdotas  y  citas  procedentes  de  todas  las  partes  más  abstrusas  y
      curiosas  de  la  literatura  antigua.  Una  extraña  obra  que  Focio  leyó
      con  mucho  interés  casi  parece  que  fue  compuesta  especialmente  con
      este  particular  fin  fraudulento.  Se  trata  de  la  Kainé  Historié  de  un
      cierto  Ptolomeo, Πτολεμαίου  του  Ηφαιστίωνος,  signifique  lo  que  signifi­
      que  ese  genitivo,  pues  algunos  creen  que  era  el  padre  y  no  el  hijo
      de  Hefestión,  y  Tzetzes  cree  que  era  el  propio  Hefestión.  Ptolomeo
      fue  un  escritor  que  perteneció  a  un  período  muy  bueno :  la  segunda
      mitad  del  siglo  I  d.  J.  C.  La  obra,  que  sólo  conocemos  por  Focio,
      se  componía  de  anécdotas  tomadas  de  fuentes  extraordinariamente
      abstrusas  -— entre  ellas  el  relato  de  la  guerra  de  Troya  hecho  por  la
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