Page 92 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
P. 92

9 6            GRECIA  CLÁSICA  Y  MUNDO  MODERNO


     der  un  enorme  cúmulo  de  mitos  y  costumbres  antiguas  que  antes
      parecían  desprovistos  de  todo  sentido.
         Cabría  enumerar  otros  distintos  instrumentos  con  que  contamos.
      Sin  embargo,  subsiste  el  hecho  de  que  la  parte  mayor  con  creces  de
      nuestro  conocimiento  de  los  antiguos  griegos  procede  de  los  libros
      que  escribieron  y  que  han  llegado  hasta  nuestros  días  pasando  por
      un  largo  proceso  de  transmisión  de  una  generación  a  otra,  o  sea,  de
      traditio  en  latín  y  de  paradosis  en  griego.  Es  decir,  que  los  libros  que
      hoy  poseemos  son  aquellos  que  por  una  u  otra  razón  han  sido  copia­
      dos  y  vueltos  a  copiar  constantemente,  sin  dejar  nunca  que  llegaran
      calladamente  al  fin  natural  reservado  a  los  libros  y  a  los  hombres.
      No  se  trata  ya  de  que  siempre  hubiera  alguien  que  los  juzgara  dignos
      de  leerlos;  es  que  siempre  hubo  alguien  dispuesto  a  tomarse  la  gran
      molestia  que  suponía  volver  a  copiarlos.  Pues  bien,  tal  proceso  cons­
      tituye  la  llamada  "tradición”   literaria,  y  es  el  tema  que  me  propongo
      desarrollar  en  estas  páginas.
         Primero  haré  algunas  observaciones  generales  sobre  las  caracterís­
      ticas  de  la  tradición  literaria  en  comparación  con  nuestras  otras  fuentes
      de  conocimiento.  Luego  examinaré  los  principales  defectos  de  la  tra­
      dición  como  proceso,  es  decir,  la  cuestión  de  hasta  qué  punto  lo  que
      se  ha  conservado  se  ha  conservado  fielmente  y,  por  último,  me  ocu­
      paré  de  las  deficiencias  que  presenta  el  contenido  de  la  tradición,  es
      decir,  de  qué  clases  importantes  de  obras, no  se  han  conservado  en
      absoluto,  y  por  qué  razones.
         Examinemos,  pues,  primero  las  características  generales  de  la  tra­
      dición.  Es  evidente  que,  cuando  existe,  la  tradición  literaria  es  mucho
      más  completa,  más  inteligible,  más  explícita  que  nuestras  otras  fuentes
      de  conocimiento,  cosa  que  casi  es  demasiado  manifiesta  para  que  nos
      detengamos  sobre  el  particular.  En  los  mismos  comienzos  de  las
      Inscriptions  de  Hicks  figuran  las  bases  de  las  columnas  del  templo
      de  Éfeso  con  la  inscripción βα...  Κρ...  άνέθηκεν.  ¡Y   cuánto  interés  des­
      pierta !  Sin  embargo,  sin  Herodoto,  no  sólo  no  se  hubiera  podido
      leer  nunca  tal  inscripción,  sino  que  no  hubiera  resultado  interesante
      una  vez  descifrada.  Las  palabras  Βα[σιλε6ς]  Κρ[οΐσος]  no  nos  hubieran
      dicho  nada.  Piénsese  asimismo  en  el  estado  de  nuestros  restos  de
      Creta,  huérfanos  de  literatura.  ¡ Cuánta  es  su  riqueza,  y  qué  enig­
      mática!  Hay  en  ellos  toda  una  historia  que  espera  ser  relatada,  pero
      no  existe  documento  alguno  que  la  refiera,  al  menos  hasta  la  fecha,
   87   88   89   90   91   92   93   94   95   96   97