Page 97 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
P. 97
LA "TRADICIÓN" DE LA LITERATURA GRIEGA ΙΟ Ι
día” , solían decir los críticos. Sin embargo, en un cierto óstracon muy
confusamente escrito que se conserva en el Museo Británico y que
data del siglo II se encuentra ya la palabra λοχαγόν. Se trata de un
error, de una simple glosa, pero ya figuraba en el texto hacia el año
150 d. J. C. y ha sido reproducida religiosamente por toda una cadena
de escribas.
Claro está que humanum est errare. Todos los manuscritos tienen
montones de errores. Pero lo que yo comparo aquí con los papiros
no es el texto de un determinado manuscrito, sino el texto que re-
sulta del examen crítico de todos los manuscritos hecho por un buen
filólogo que se valga lo mejor que pueda de sus conocimientos.
Cuando recurriendo a la crítica se logra descubrir cuál es realmente
la “ tradición” , esa tradición resulta ser de una exactitud sorprendente.
Pero al llegar a este punto hay que hacer una importante reserva.
Estos testimonios constituidos por los papiros sólo se remontan, a lo
sumo, a la época alejandrina. A partir del siglo II a. J. C. la tradición
ha sido cuidadosa, pero antes de esos mil años de escrupulosidad
habían transcurrido unos dos siglos de desidia. Los grandes alejan-
drinos fueron probablemente los primeros en todo el mundo en com
prender la importancia de la exactitud en la conservación de un
texto secular corriente. Algunos de los mismos papiros nos permiten
apreciar el descuido que podía presentar un texto prealejandrino.
Nuestros escolios a los trágicos ponen de manifiesto que, por lo
común, nuestras mayores dificultades y las corrupciones más acentua
das ya existían cuando se redactaron los comentarios. Una y otra
vez, el editor crítico tiene que poner una nota que dice corruptela
iam Didymo antiquior y, si es por eso, las consideraciones generales
que sobre la historia de la literatura griega pueden hacerse nos
hubieran llevado a establecer la misma conclusión. Ha de transcurrir
tiempo para que un hombre pase del punto de vista natural de que
su libro ha de estar lo mejor y lo más completo posible a la con
cepción erudita y abnegada de que debe quedar exactamente como
lo dejó el autor.
En la época de los alejandrinos, en que nuestra tradición da co
mienzo, los manuscritos estaban ya muy alterados en no pocos casos.
Ejemplo de lo que quiero decir puede encontrarse en alguna de las
últimas obras de Eurípides. Nuestro texto de las Fenicias es proba
blemente tan bueno como el editado por Aristófanes de Bizancio.