Page 98 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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102 GRECIA CLÁSICA Y MUNDO MODERNO
No obstante» en opinión de la mayoría de los críticos, la obra que
poseemos es un cúmulo de interpolaciones. No cabe duda de que en
los siglos IV y ni fue representada una y otra vez en Atenas y en
lugares menos cultos, y el último ejemplar que los alejandrinos pu
dieron conseguir fue uno que había sido sometido — como la mayoría
de las obras de teatro que tienen vida— a los retoques y añadiduras
del director de escena. Lo mismo se aplica al Orestes en no menor
medida seguramente. En cuanto a la Ifigenia en Áulide, da la casua
lidad que hay constancia de parte de su historia, por lo que podemos
hablar de ella con mayor certidumbre. Es cierto que el arquetipo de
nuestros dos manuscritos era defectuoso al final. A este respecto, los
alejandrinos estaban en mejores condiciones. Pero, en cuanto al resto
de la obra, ¿cuál es la situación? Sabemos que la Ifigenia en Áulide
fue preparada para la escena por Eurípides el Joven después de la
muerte de su padre. Una inscripción nos dice que "La Ifigenia de
Eurípides” — con mucha probabilidad esta obra— volvió a represen
tarse en 341 a. J. C. y que el actor Neoptólemo fue premiado por
su trabajo. N o cabe duda de que se representó con frecuencia? y la
versión que ha llegado hasta nosotros acusa las huellas naturales de
tal historias tiene dos prólogos distintos y difícilmente compatibles,
y contiene pasajes escritos en una convención métrica que es diferente
de la convención de la tragedia clásica y que se acerca a la de la
Comedia Nueva. Por desgracia, carecemos de escolios a la Ifigenia en
Áulide, pero podemos estar bastante seguros de que cuando los ale
jandrinos se pusieron a coleccionar las obras de Eurípides, el único
ejemplar que pudieron conseguir de esta famosa tragedia fue uno
muy maltratado ya por los actores. En rigor, los dos prólogos que
se conservan los citan autores de la generación siguiente a la de
Aristóteles, de modo que el daño ya había empezado entonces. En
el caso del Reso, en tiempos alejandrinos había de hecho tres prólo
gos en circulación. La cuestión del Reso es demasiado complicada
para tratarla ahora detenidamente, pero es evidente que los alejandri
nos no pudieron conseguir un ejemplar no contaminado de ninguna
de estas obras.
Por otra parte, ¿qué consecuencia hemos de sacar de un dato
como el del estado relativo de los distintos himnos homéricos? El
“ Himno a Afrodita” se ha conservado magníficamente. En el "Himno
a Apolo” , en cambio, reina la confusión ; pero no es la confusión que