Page 99 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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LA “ TRADICIÓN” DE LA LITERATURA GRIEGA 103
resulta de una tradición manuscrita defectuosa. No se deja vencer por
la crítica y la rectificación, remontándose a los tiempos en que la vieja
literatura épica acababa de extinguirse y sus fragmentos eran reco
gidos para formar con ellos los conjuntos o conatos de conjuntos
que las circunstancias permitían y probablemente por personas que
aún no tenían mucho sentido de la erudición.
Resumiendo : en los casos en que las obras antiguas o partes de
éstas se han conservado íntegras y en que nuestros manuscritos son
por término medio de buena calidad, nos es dado comprobar que la
tradición, a partir de la época alejandrina, ha sido escrupulosa y fide
digna en medida que sorprende. Dejo aparte, claro está, casos espe
ciales, como los manuscritos defectuosos o mutilados, las antologías
en que se modificaron los textos citados para prescindir del contexto
y los manuales en los que sus propietarios introdujeron sistemática
mente interpolaciones y retoques.
Examinemos a continuación el fondo de la tradición, es decir,
cuánto de lo que trató de conservar ha logrado conservar en realidad.
Éste es ya muy otro cantar.
Veamos primero los géneros literarios de los que parece que tene
mos mucho : epos, drama, oratoria e historia. La épica pertenece se
guramente a tiempos muy antiguos, de modo que no es de extrañar
que de toda una extensa literatura sólo nos queden dos poemas, y
esos dos poemas, a mi entender, en una recensión muy tardía. De la
poesía lírica, por su parte, cabe decir que floreció principalmente en
regiones no áticas, en tanto que nuestra tradición tiene sus raíces en
Atenas. No debiéramos, pues, quejamos si de toda una larga serie de
poetas líricos la tradición únicamente nos ha conservado poemas
completos de uno solo, y de éste como una quinta parte de todos
sus escritos solamente. Los papiros nos han dado a conocer unos
cuantos poemas completos de otro lírico. Por lo que atañe a la trage
dia, en Atenas debieron de representarse bastante más de 900 obras,
a juzgar por lo que nos es dado calcular j nosotros nos sentimos ricos
poseyendo 33 obras de dicho total. Pero todo esto es una manera
vaga de examinar la cuestión. Tomemos, pues, dos períodos para
compararlos con nuestra época y ver cómo se verificaron las grandes
pérdidas.
Disponemos de bastante cantidad de testimonios acerca de las
obras que figuraban en la Biblioteca de Alejandría, lo cual puede ser