Page 96 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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      que  añadir  otros.  Huelga  decir  que,  en  su  mayoría,  los  pasajes  que  de
      tal  manera  se  han  conservado  son  breves,  pero  el  total  de  versos  que
      suman  es  muy  considerable.  Pues  bien,  ¿cuántos  pasajes  hay  en  que
      los  papiros  u  óstraca  den  una  versión  justa  absolutamente  nueva,
      quiero  decir,  una  versión  que  no  se  conserve  en  ningún  manuscrito
      y  a  la  que  no  se  haya  llegado  por  conjeturas?  Es  extraordinario,  pero
      creo  que  sólo  son  dos:  Fenicias  1036  y  1101;  e  incluso  estos  dos
      fallos  casi  constituyen  una  prueba  de  la  fidelidad  general  de  la  tra­
      dición.  En  el  segundo  caso  dice  en  un  papiro ξανηφαν,  “ unieron” ,  en
      vez  de ξυνήψεν,  “ unió” ,  y  sucedió  que  a  nadie  se  le  había  ocurrido
      hacer  tal  conjetura,  aunque  bien  podían  haberla  hecho  si  hubieran
      estudiado  los  escolios,  que  evidentemente  implican  un  plural.  En  el
      primero,  1036,  hay  dos  versos  cortos,  ίήιον  βοάν,  ίήιον  μέλος,  en  que
      por  razones  de  métrica  hace  falta  un  yambo  más  en  cada  verso.  Son
      dimetros  yámbicos  comentes.  Significan  “ el  grito  de  ié,  la  música  de
      ié” ,  siendo  ié  uno  de  los  gritos  de  dolor  usados  corrientemente.  El
      pasaje  solía  enmendarse  repitiendo  las  palabras  βοάν  y   μέλος.  El  esco­
      liasta  hacer  notar  que  "así  se  encuentra  en  los  poetas :  iê,  ié,  exacta­
      mente  igual  que  iô,  ió” .  Sin  embargo,  por  algún  azar  nunca  pensa­
      mos  enmendar  el  verso  modificándolo  en  ίηιήιον  βοάν,  ίηιήιον  μέλος:
      el  grito  de  iê-iê,  la  música  de  iê-iê” .  Está  claro  que  es  esto  lo  que  el
      escoliasta  quería  decir:  y  ocurre  que  uno  de  los  papiros  de  Oxirrinco
      lo  pone  así,  y  por  supuesto  que  eso  es  lo  acertado.
         Séame  permitido  poner  dos  ejemplos  más  para  hacer  ver  la  fijeza
      de  la  tradición.  Estudiando  nuestro  manuscrito  del  siglo  xiv  L,  Wila-
      mowitz  llegó  a  la  conclusión  de  que  el  grupo  de  manuscritos  L  des­
      cendía  de  un  arquetipo  que  contenía  todas  las  obras  de  Eurípides  (y
      no  solamente  las  escogidas  con  fines  educativos),  que  no  llevaba  notas,
      pero  sí  variantes  escritas  encima  de  los  versos.  Cuando  Grenfell  y
      Hunt  descubrieron  el  papiro  de  la  Hipsipilt1  resultó  ser  un  manuscrito
      sin  notas,  pero  con  variantes  puestas  encima  del  verso,  y  huelga
     decir  que  la  Hipsípila  es  una  de  las  obras  no  seleccionadas.
        Un  último  exponente  de  la  misma  fijeza.  En  Fenicias,  131,

                  τόν  8’  εξαμείβοντ’  οΰχ  όρ^ς  Δίρκης  ύδωρ;
                  ¿No  lo  ves  cruzar  las  aguas  de  Dirce?

     en  un  grupo  bizantino  de  manuscritos  se  agrega  al  final  del  verso  una
     glosa:  λοχαγο'ν,  “ ¿N o  ves  a  ese  capitán?” .  “ Una  glosa  bizantina  tar­
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