Page 169 - Orgullo y prejuicio
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muy ameno; pero su primo, después de hacer unas ligeras observaciones a

                la señora Collins sobre el jardín y la casa, se quedó sentado durante largo
                tiempo sin hablar con nadie. Por fin, sin embargo, su cortesía llegó hasta
                preguntar  a  Elizabeth  cómo  estaba  su  familia.  Ella  le  contestó  en  los

                términos normales, y después de un momento de silencio, añadió:
                     ––Mi hermana mayor ha pasado estos  tres meses en Londres. ¿No  la

                habrá visto, por casualidad?
                     Sabía de sobra que no la había visto, pero quería ver si le traicionaba

                algún gesto y se le notaba que era consciente de lo que había ocurrido entre
                los  Bingley  y  Jane;  y  le  pareció  que  estaba  un  poco  cortado  cuando

                respondió  que  nunca  había  tenido  la  suerte  de  encontrar  a  la  señorita
                Bennet.  No  se  habló  más  del  asunto,  y  poco  después  los  caballeros  se
                fueron.
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