Page 264 - Orgullo y prejuicio
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por una horrible noticia que acabo de recibir de Longbourn.
Al decir esto rompió a llorar y estuvo unos minutos sin poder hablar.
Darcy, afligido y suspenso, no dijo más que algunas vaguedades sobre su
interés por ella, y luego la observó en silencio. Al fin Elizabeth prosiguió:
––He tenido carta de Jane y me da unas noticias espantosas que a nadie
pueden ocultarse. Mi hermana menor nos ha abandonado, se ha fugado, se
ha entregado a... Wickham. Los dos se han escapado de Brighton. Usted
conoce a Wickham demasiado bien para comprender lo que eso significa.
Lydia no tiene dinero ni nada que a él le haya podido tentar... Está perdida
para siempre.
Darcy se quedó inmóvil de estupor.
––¡Cuando pienso ––añadió Elizabeth aún más agitada–– que yo habría
podido evitarlo! ¡Yo que sabía quién era Wickham! ¡Si hubiese explicado a
mi familia sólo una parte, algo de lo que supe de él! Si le hubiesen
conocido, esto no habría pasado. Pero ya es tarde para todo.
––Estoy horrorizado ––exclamó Darcy––. ¿Pero es cierto,
absolutamente cierto?
––¡Por desgracia! Se fueron de Brighton el domingo por la noche y les
han seguido las huellas hasta cerca de Londres, pero no más allá; es
indudable que no han ido a Escocia.
––¿Y qué se ha hecho, qué han intentado hacer para encontrarla?
––Mi padre ha ido a Londres y Jane escribe solicitando la inmediata
ayuda de mi tío; espero que nos iremos dentro de media hora. Pero no se
puede hacer nada, sé que no se puede hacer nada. ¿Cómo convencer a un
hombre semejante? ¿Cómo descubrirles? No tengo la menor esperanza. Se
mire como se mire es horrible.
Darcy asintió con la cabeza en silencio.
––¡Oh, si cuando abrí los ojos y vi quién era Wickham hubiese hecho lo
que debía! Pero no me atreví, temí excederme. ¡Qué desdichado error!
Darcy no contestó. Parecía que ni siquiera la escuchaba; paseaba de un
lado a otro de la habitación absorto en sus cavilaciones, con el ceño
fruncido y el aire sombrío. Elizabeth le observó, y al instante lo comprendió
todo. La atracción que ejercía sobre él se había terminado; todo se había