Page 277 - Orgullo y prejuicio
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no sé si hice lo que debía. El horror de lo que había sucedido casi me hizo
perder el sentido.
––Te has sacrificado demasiado por mamá; no tienes buena cara. ¡Ojalá
hubiese estado yo a tu lado! Así habrías podido cuidarte tú.
––Mary y Catherine se portaron muy bien y no dudo que me habrían
ayudado, pero no lo creí conveniente para ninguna de las dos; Catherine es
débil y delicada, y Mary estudia tanto que sus horas de reposo no deben ser
interrumpidas. Tía Philips vino a Longbourn el martes, después de
marcharse papá, y fue tan buena que se quedó conmigo hasta el jueves. Nos
ayudó y animó mucho a todas. Lady Lucas estuvo también muy amable:
vino el viernes por la mañana para condolerse y ofrecernos sus servicios en
todo lo que le fuera posible y enviarnos a cualquiera de sus hijas si
creíamos que podrían sernos útiles.
––Más habría valido que se hubiese quedado en su casa ––dijo
Elizabeth––; puede que sus intenciones fueran buenas; pero en desgracias
como ésta se debe rehuir de los vecinos. No pueden ayudarnos y su
condolencia es ofensiva. ¡Que se complazcan criticándonos a distancia!
Preguntó entonces cuáles eran las medidas que pensaba tomar su padre
en la capital con objeto de encontrar a su hija.
––Creo que tenía intención de ir a Epsom ––contestó Jane––, que es
donde ellos cambiaron de caballos por última vez; hablará con los
postillones y verá qué puede sonsacarles. Su principal objetivo es descubrir
el número del coche de alquiler con el que salieron de Clapham; que había
llegado de Londres con un pasajero; y como mi padre opina que el hecho de
que un caballero y una dama cambien de carruaje puede ser advertido,
quiere hacer averiguaciones en Clapham. Si pudiese descubrir la casa en la
que el cochero dejó al viajero no sería difícil averiguar el tipo de coche que
era y el número. No sé qué otros planes tendría; pero tenía tal prisa por irse
y estaba tan desolado que sólo pude sacarle esto.